martes, 29 de noviembre de 2016

Billiken

Mujer, Rosa
Rosita antes
ahora la Yenny.
Violentamente linda
pirata, amazona villera.

Mujer, desnuda
una realidad eludida
negada existencia.
El más común de los miedos
de noche y caras tapadas, desconocidas.

La tonicidad de tus piernas, mujer
la cola parada, el espejo y flash
el deseo escondido entre galerías
calles de tierra y promiscuidad.

Mujer, lunfardo
voces de tantos
en lugares abreviados, incorrectos.
La burla de una clase, patrón
la necesidad permanente del sinescrúpulo.

Tus senos son dos pomelos, mujer
fruta prohibida en el paraíso
atravesando la basura y el desorden
precario 24 horas, sin revoque.

Mujer, provoca
la lucha permanente
querer ser un peldaño arriba.
Oposición, lastima, ayuda
la miseria desconoce escaleras.

Es tu boca el trofeo, mujer
sabiduría sin palabras, sin vergüenzas
en cuartos chorizo sin ventanas
sin puertas, cama a la vista de los niños.

Mujer, Rosa
la puta antes
ahora la Yenny.
Violentamente linda
guerrillera, pendeja cumbiera.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Probabilidades

Ese que estas mirando es D. D es sub gerente de la sucursal de Banco Tucumán de la localidad de Ampimpa Sur o un lugar de por ahí. D tiene 25 años, es soltero. D es signo sagitario y entre sus hobbies le gusta escuchar música y salir a andar en bicicleta. D toca la guitarra en una banda de Jazz contemporáneo que formó con algunos compañeros de la facultad, porque no te dije, D se recibió de Contador Público Nacional hace apenas un año y escaló puestos en el banco con facilidad. D también escribe, en su trabajo, solo que lo que D escribe son correos electrónicos a proveedores, misivas a empleados o legales necesarias para el quehacer diario del banco, cosas de tamaña importancia. Miralo bien, a D.

Ahora mírame a mí. ¿Lo notaste?, no soy D. Yo tengo más de 35 años de edad y más de 10 años trabajando en el mismo puesto, por el que D pasó en su escalada monumental, ahí estuvo solo unos meses, ahí es donde lo conocí. Yo soy soltero, como D, lo que seguramente no te sorprende. En el horóscopo chino debo ser chancho y mi casa es un santuario consagrado a tal mención. Desconozco de hobbies, a diferencia de D, a menos que tratar de levantarte pueda ser considerado como uno, lo que últimamente viene siendo mi única ocupación. Yo terminé la secundaria hace mucho, mucho antes que D, y solo seguí viviendo y trabajando. Ah, pero yo también escribo, como D, solo que lo que yo escribo son cuentos, a veces, poesías, casi nunca, lo que sea siempre que puedo, cosas sin importancia para nadie, ni siquiera para mí.

Ahora pensalo un segundo antes de decidirte, si por D o por mí. Pensalo como una apuesta a futuro, como sembrar la semilla de lo que puede ser un gran árbol frondoso, como el plazo fijo que te vendí el día que nos conocimos y que hoy vale cuánto, como la tarde en que me aceptaste un café y terminamos en el mismo lugar que D. Pensalo un segundo antes de decidirte pero fijate, fijate muy bien, ya que solo uno de los dos tiene más probabilidades de ganar un Premio Nobel de Literatura que el otro.

martes, 1 de noviembre de 2016

Probabilidades de coger con a una mina del chat de Facebook

Comenzando la conversación vos con un:

# hola, holiwis, holis o derivados (0%, no insistas).

¿Por qué la lengua española nos heredó solo ese saludo pedorro para iniciar cualquier tipo de charla? No importa las variedades geográficas, las edades que lo usen, los contextos en que se aplique, es la peor manera.

En caso que conteste:

# como te va?? (0%, probabilidad de que responda de nuevo 12%, probabilidad de que en adelante no funcione nada de lo que le escribas 100%).

Dentro de ese 12% están las esperadas respuestas secas como un bien, a lo que inútilmente vamos a contestar que también estamos bien o que hacemos y no hacemos tales cosas. Eso es inútil, no le importa, si le importara lo preguntaría, pero no lo hizo. Ojo que puede pasar, y cuando sí lo hace, las probabilidades de que responda de nuevo suben a 37%.

Cosas a no hacer si la charla mágicamente continua a partir de este punto:

* No mandar 16 mensajes contando cualquier cosa de tu vida. Deberías dar gracias a que leyó los primeros dos mensajes que mandaste y rogar que tenga las ganas y la energía para interesarse por algunas de las cosas infantiles que te gustan y que te van a seguir gustando.

** No mandar esos mismos 16 mensajes contando lo mal que estas por X o por Y. Tenés que tener en mente el objetivo, la lástima nunca fue el mejor incentivo para coger para alguien que apenas te conoce, no lo intentes más.

*** No mandar ningún mensaje por un rato fingiendo que no te importa. Vos iniciaste la charla, vos querés hablar con ella, vos te la querés coger, vos lo sabes y ella también.

**** No interesarse demasiado por lo que sea que te responda después del bien y vos, cuidado, la friend zone está siempre a un paso, y si resulta que justo estaba mal por algo, y si resulta que justo le pasaba algo importante para ella, vas a tener que soportar su versión de tus 16 mensajes, que venido el caso son como 82.

***** No invitarla a salir en el acto, está científicamente comprobado que las mujeres no deciden que hacer el sábado que viene cuando recién es lunes por la noche, y si acaso lo haces (pobre imbécil), y si acaso acepta (¿imbécil con suerte?), no te hagas demasiadas ilusiones, se cogería antes al ex novio que le fue infiel que a un arrecho como vos.

****** No comentar lo cansado que estas y como nos ves la hora de irte a dormir, solo le recordás que ella también está cansada y que una conversación con vos jamás va a ser mejor que dormir unos 20 minutos más antes de salir a trabajar mañana.

******* No actuar de manera natural. Naturalmente sos un gil, los giles no se levantan minas en Facebook. Rechazá la mentira de ser vos mismo, planificá cada palabra de los siguientes mensajes y envíalos en el momento justo, ¿Qué cuando seria eso?, ¿te das cuenta lo que quiero decir con gil?

Respuestas correctas para lograr el objetivo deseado: si supiera alguna no estaría escribiendo esto.

martes, 30 de agosto de 2016

Necesarias renuncias después de los 30

A mis ideas de cómo cambiar el mundo, que en paz descansen.
A mis abdominales, no, a esos nunca los conocí.
Al amor incondicional, ahora veo que las comedias románticas nos mintieron como a niños.
A convertirme en un músico de Jazz (no hay nota para comentar eso).
A terminar mi novela interminable, que entonces dejaría de ser interminable, y provocaría que las incongruencias de mi vida dejen de ser tema para escribir.
A escribir decentemente sobre algún tema, por motivos previamente expuestos.
A cebar un buen mate, porque para eso están los demás.
A la danza como una forma de expresar corporalmente las crisis existenciales que me atraviesan en este mundo posmodernista, porque lo que hice, hago o haré, respecto a la danza, respecto a bailar, solo provoca risas sin ser comedia.
A continuar este texto, porque entiendo que la idea original se perdió y ahora solo estoy escribiendo lo que creo quieren leer, y no lo que creo quiero decir y…
A los finales con puntos suspensivos, por ese asunto de las renuncias, nada más.

jueves, 25 de agosto de 2016

Ficción para apaciguar los ánimos

Llegar del trabajo muy estresado por un día de mierda que se viene repitiendo toda la semana desde el lunes, como en un nada divertido día de la marmota. Tratar de estudiar un poco, para concentrar la mente y hacer más productivo el día, pero no poder relajar el nudo en el estómago que se ciñe y se ciñe. Pretender escapar con la música o la literatura, sin poder embarcarme en esa misteriosa proeza, donde las palabras de a una se elevan de mi libro o musicalmente viajan, mientras descubro que no leo ni escucho, yo solo pienso, pienso y me hago la cabeza y todo se pone peor. El ultimo escape, la ficción, la ciencia ficción la fantasía, los súper héroes y esa serie que pocos conocen y nadie vio y que te tiene entretenido desde hace semanas. Finalmente distraerse viendo a ese héroe atormentado por no disponer de sus poderes perdidos en una batalla con el villano, Wolf, el némesis perfecta combinación entre filósofo griego, playboy posmoderno y asesino desmembrador despiadado. Finalmente entretenerse viendo como este oscuro personaje navega entre su moral, trascendental de los caprichos y las banalidades de la gente común, mientras desata una ola de homicidios en toda la Ciudad de los Ángeles. Perseguido por un vendaval de idílicos héroes, Wolf asesina y mutila a cualquiera que se cruce en su camino, sin hacer distinciones de ningún tipo, humillando, golpeando, torturando, y disfrutando de cada manera de impartir sufrimiento hasta la muerte, y yo solo pienso, pienso y me hago la cabeza y digo “cómo no soy así, y me lo cruzo de frente al jefe”.

martes, 23 de agosto de 2016

Amor dictatorial

Y vas a estar a mi lado siempre,
cuando busque tu sombra proyectada con los floreros de la mañana
y el olor del café se confunda con tu perfume
habitando todos los espacios de la casa.

Vas a despedirte triste, antigua
sollozando en los rincones que no me encuentran
a la espera de un aire nuevo, tardío en la noche.

Vas a tener todo listo
institutriz de diario, de cena y charla
esperando una sonrisa que ilumine, una afirmación
que no va a ser tuya siempre, no siempre.

Y vas a ser la dama y la puta
y la puta y la dama o ¡no vas a ser!
resignada al suspiro y al sueño
sin erradas pretensiones que nublen el idilio.

Y voy a ser tu amo
el señor de todas tus noches, el de tus desvelos en mi ausencia
cuando no vuelva y no duermas
cuando necesites mi permiso para soñar.

Y voy a ser el único en que pienses
aun cuando creas que estoy ausente
cuando no sientas mi respiración cercana a tu oreja
y te tientes a dialogar con tu mente
sabrás que escucho tus latidos, sabrás que a la distancia te espío
sabrás que va a ser así siempre.

Y vamos a pasear en primavera, a apretarnos con el frio
vamos a sonreír ante todos, a ser perfectos
vamos a construir el ejemplo
del que todos orgullosos construirán las ciudades
que harán grande esta familia y exitoso este modelo y gloriosa esta nación.

Y vamos a perdurar
por los siglos de los siglos de los siglos, a perdurar
a reinar y a conquistar todas las ciudades y todos los pueblos y todas las casas
y vamos a ser la foto en el cuadro y la imagen en la pantalla
y la letra, vamos a ser la letra con la que se escriben los mitos
vamos a ser leyenda, vamos a hacer leyendas.

Y vamos a ser recordados en el suspiro de contemporáneos
en el relato de lo que se quiso y lo que se hizo y lo que se pudo
sin perder vigencia ser la inspiración de los que resisten
preparándonos para el salto
para volver a este amor que tanto daño nos ha hecho
para volver a estar juntos.

martes, 16 de agosto de 2016

sigo pagando

Y pago lo que me pide, moneda por moneda aunque a veces llegue con lo justo. Y espero, puteando, que las maquinas pasen por mi casa y que deje de respirar tierra en verano o deje de ensuciarme con barro cuando llueve.

Y pago lo que es justo. Porque el vecino también lo hace y todos deberíamos hacerlo, pero ayer asaltaron a ese mismo vecino e hicimos la denuncia como es correcto, como es justo, pero la patrulla sigue doblando dos cuadras antes, como haciendo el recorrido del colectivo.

Y sigo pagando y teniendo menos. Porque en el súper todo está más caro día a día, y en la televisión, o en la radio o en el diario, se acusan unos a otros, a los anteriores, a los nuevos, a los que vendrán, se acusan sin dar respuesta, se acusan, y en el súper todo está más caro.

Y sigo pagando y esperando que esto pase. Porque me hablan de recesiones y de ciclos económicos y de dólar blue y de inversiones y yo no entiendo nada. Pero sigo esperando, aun puedo esperar, me considero afortunado, más afortunado que aquellos a los que les hablaban de recesiones y de ciclos económicos y de dólar blue, que los que no pueden esperar, que a los que no les alcanza para pagar.

Y pago y me quejo. Por la computadora, en la calle, en marchas con cacerolas me quejo. Vuelvo cansado de tanto quejarme pero sigo pagando. Porque quejarse es un derecho que tenemos por pagar, o eso es lo que nos vendieron hace ya tanto tiempo que nadie recuerda por que empezamos a pagar, pero seguimos pagando. Vuelvo cansado de tanto quejarme y desesperanzado de que nada cambie, supongo que este mes a nadie le alcanzo para pagar por una sociedad mejor.

Y pago y me desespero, estoy al límite, es el peor momento. Y en todas partes soy bombardeado por imágenes de los excesos de aquellos que no pagan, o pagan menos o, dicen, se llevaron eso que era nuestro, eso por lo que pagamos. Y nos hacen pagar y nos llenan de odio y peleamos entre nosotros sin resultado alguno, porque debemos seguir pagando, aunque ya no alcance, y nunca tener, no realmente, no como ellos.

Y quiero seguir pagando, porque aun creo, porque aun espero, porque aun quiero eso distinto que nos prometieron, pero ya no me alcanza, ya no pago.

viernes, 22 de julio de 2016

sobre II - a - Epidemia

Ordenando los viejos documentos encuentro este cuento de un hace muy mucho. No puedo dejar de publicarlo, tal vez por un sentido de añoranza más que literario, los tiempos en que me dejaba llevar más por lo primero que se me ocurría que por las ideas existenciales que pretenden contar mis cuentos actualmente. Voy a contar como entender la nomenclatura de números romanos y letras que llevan de título muchos de mis cuentos si alguna vez alguien pregunta.

II - a - Epidemia

– ¿Lo tiene?

– Sí. Lo conseguí. Son casi seis litros. Debería alcanzar para una semana más.

– Debería. ¿Lo vieron?

– No, nadie me vio.

Una brisa otoñal penetra la rendija de la puerta, mueve algunos papeles de la mesa y despierta al moribundo.

– ¡Tapenmé, tapenmé por favor que tengo frío! – suplica.

– Pero… no podemos taparte la cabeza, te quedarías sin aire – contesta el enfermero.

– Siento que vuelve Cacho, es la puta muerte que viene a buscarme. ¡Me congelo!

– Tranquilo – repone el enfermero – tu hermano consiguió más tequila. Pero solo voy a darte un vaso, eso debería ayudarte a pasar la noche. Tal vez mañana haga sol y podamos salir afuera – comenta mirando al hermano del moribundo que asiente con la cabeza.

– ¿¡Solo un vaso!? Pero sabes que no alcanza, y el dolor es insufrible. ¿Qué voy a hacer solo con un vaso? Dame más de esos calmantes que tenías antes, quiero dormir esta noche sin dolor, por favor, más de esos calmantes – suplica el moribundo.

– Sabés que no quedan, se acabaron. No hay en las farmacias ni en los hospitales. La epidemia está arrasando con todo – repone el hermano esta vez.

Después de un rato de delirios y súplicas el moribundo finalmente se duerme. El hermano del moribundo y el enfermero conversan bajo, para no despertarlo.

– Cuénteme ¿cómo está todo ahí afuera? – pregunta el enfermero.

– ¿Cómo?, ¿hace cuánto tiempo que usted no sale del hospital? – repone el hermano del moribundo.

– Semanas creo. Todos se enferman tan rápidamente que en tan solo unos días me veo congelándome en mi departamento. Aquí están mis compañeros y amigos, ellos me atenderán si lo necesito, como yo a su hermano.

– Que podría decirle – contesta el hermano del moribundo – las calles están desiertas, los comercios, los edificios, todo. Parece una ciudad fantasma. Parece el fin del mundo. Conduje todo el centro hasta encontrar un negocio. Había un anciano cobrando $100 el litro de tequila o whiskey. La gente pagaba desesperada, y había cincuenta o sesenta de ellos. Esperé paciente un rato, pero cuando el viejo dijo que se estaba agotando, que no había ni para cinco personas más, qué más podía hacer, mi hermano muere, saqué mi arma y después de dos tiros al aire me abrieron paso. El viejo testarudo se negaba a entregarme el recipiente de tequila que le quedaba. Forcejeamos un poco y caímos, el arma se disparó sola y lo mató, creo que tenía que pasar. Por suerte nadie más tenía un arma, pero no creo correr con la misma suerte de nuevo, si vuelvo a salir – el hombre hace una pausa para pesar, mira a ningún lugar, luego reacciona – no me juzgue por favor, mi hermano muere.

– Lo comprendo. No hay lugar para la moral o la ética en el futuro que nos espera. La fiebre solar está acabando con la humanidad muy rápidamente. Lo he visto aquí, hombres y mujeres sanos, atléticos, de esos que parecen invencibles, sucumbir en tan solo días. Antes de descubrir los calmantes efectivos, o el uso de la bebida blanca, morían congelados. Nada podíamos hacer, solo dejarlos morir – repone el enfermero.

– Debe resultarle difícil seguir cuidando enfermos de fiebre solar, después de lo que ha visto.

– Un poco a veces. Creo que solo me estoy preparando a mí mismo. No dejo de pensar en sobrevivir los meses que faltan hasta el verano, cuando el clima caliente y la epidemia mengüe, o, o quien dirá, cuando al fin encuentren la cura. Salir a la calle, al mundo o a lo que quede de él. Eso será desolador.

– Quien podría saber eso, es probable que sí, la humanidad sobrevivió a epidemias antes.

– De todas maneras el paisaje ya es desolador ahí afuera y el gobierno ya está trabajando en el tema. Vi, en una vuelta que di por el centro buscando el alcohol, hombres armados tapados de pies a cabeza con uniformes amarillos y máscaras de gas. Estaban desalojando cuerpos de un edificio del centro, apilaban todos en medio de la calle y los quemaban. No respetan ni a los familiares de los difuntos, vi a padres e hijos llorar desconsolados mientras subían en las camionetas negras. Trataron de detener mi auto pero aumente la marcha y escape.

– Tal vez lo mejor hubiera sido ir con ellos. Seguro tendrán un lugar aislado a donde están llevando a los que no fueron infectados, como un plan de contingencia por si no pueden curar la epidemia, tal vez ya ni siquiera lo están intentando, y solo quieren preservar la especie. La cura, de existir, serviría solo para evitar una catástrofe como esta en un futuro. Ya no deben pretender curar a los infectados, de esto no hay vuelta atrás. Seguro es solo preservar la raza humana.

– Hijos de puta ¿Quiénes son ellos, para decidir quien vive y quien muere?

– No es un acto consiente, es su instinto de supervivencia. Las cosas deber ser así. Lamento decirle, aunque ya lo sepa, que su hermano no sobrevivirá. El tequila que trajo apenas va a alcanzar para algunas semanas, además, esos uniformados que vio no tardaran en requisar clínicas y hospitales en busca de medicamentos y no infectados. Puede que sea lo mejor. El mundo de ahí afuera no es el mismo que él conoció, nunca volverá a serlo. Usted debería irse también, mientras hay tiempo de que sea rescatado. Tal vez viva lo suficiente para ver un futuro mejor.

– Yo de aquí no me muevo, nunca abandonaría a mi hermano, es mi única familia, no, nunca lo haría. Pero usted no tiene por qué quedarse.

– Si tengo. No es su hermano el motivo, soy yo. El mundo de afuera no me asusta, Dios sabe que en mi vida vi mucha mierda, que me rosé con las escorias de esta ciudad. Este es mi último acto de bien en el mundo, mi último acto de fe. No creo lograr nada aquí, pero no puedo abandonar a su hermano.

El moribundo se levanta y busca el arma de su hermano en la mesita de luz. Había escuchado toda la conversación y estaba decidido. Apunta al enfermero obligándolo a traer el bidón de tequila. Luego les dispara a ambos. Se recuesta y se tapa hasta la cabeza abrazando el recipiente de bebida mal tapado. Los tres cuerpos se enfrían lentamente en ese cuarto de hospital.

miércoles, 20 de julio de 2016

Ángel eléctrico

El chirrido metálico eriza la piel de los ocupas al acercarse. Son aleteos finos intermitentes, el rasguito de placas sobre placas de acero. El ángel eléctrico planeando muy próximo a la tierra, encima de sus cabezas, escudriñando entre edificio encuentra sombras de humanidad que extermina al instante. No es parte de su naturaleza juzgar y castigar, obedece una premisa simple, ejecuta un programa concreto.

Amanece en el puerto y el frío mar se hace sentir sobre los pies, la marea alta anuncia la temprana hora. Alistamos a los últimos esqueletos suicidas, la esperanza es un arma noble. Lejos está el sueño inventado por la nación de naciones, al otro lado de la felicidad. Si funciona, y nunca lo hace, serán los primeros, ellos devolverán la voz perdida. Ya solo quedan miles de los muchos miles. Ya no nos quedan valientes.

Son oportunas las explosiones, el centro de la isla irradia un magma mulato, y como las rebeliones, que son un mar de oportunidades, partimos al encuentro del destino. Ellos zarpan y se pierden en la circunferencia, nosotros volvemos al infierno, a deleitarnos con su fuego. El ángel eléctrico aparece como en una profecía, viene a dar fin a su programa. No sabemos nada más de los viajeros, no hasta el momento en que es leída esta historia.

miércoles, 13 de julio de 2016

Perfume

Nace en tu piel, en tu cuello mojado y rosado, es el toque justo. Se mueve entre la gente, con vos, como una estela que marca tu rumbo, como el encanto de dama que dejas al pasar. Es un pasar rápido e indirecto, en que evitas a cada una de esas personas, esquivas sus llegadas y salidas en carrera fija, sin rumbo errado quieres llegar hasta mí, y dejas a tu paso el sabor de tu cuello blanco, de tu cuerpo entero, desnudo y perfumado de tus muchas inocencias. Y quienes te rosan, sin tocarte, te presienten, y por un instante te tienen sin tenerte, se posesionan de todo aquello que puedes ser para ellos o para mí, te saborean, te respiran y se llenan de vos, por un instante que es un pestañar y que luego se pierde. Me siento extraño, celoso engañado, ya no soy el único en tenerte.

* El autor tenía archivado este texto desde los tiempos en que el romance aún no había sido vendido a Disney.

miércoles, 1 de junio de 2016

Internet 2.0

Comento tu estado con un meme, respondes con un video, etiqueto a un par de amigos, los tuyos nos leen y arman un hashtag #queSeSaqueTodo. Aparece un fundamentalista que escribe 4 o 5 comentarios que no leo, nadie le responde, pronto se va. Decido subir la apuesta, cambio el like por un corazón y comparto tu estado en mi muro, esto te gusta, “la tengo muerta” pienso. No pasa nada más como por dos horas, si me preguntasen que hice en todo ese tiempo no sabría qué contestar, supongo que mirar videos del que juega al jueguito de miedo, no tengo idea. Entonces llega tu mensaje con tu número de teléfono y la carita que tira besos de corazón, te agrego al toque. Le cuento esto a un amigo en otro chat, “esta con vos” me dice, pero me advierte que no me ilusione, vio en tu muro que aun estas en una relación con Kevin Xeneize.

Lo que no tengo, porque no soy

Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor. Bloqueo de escritor.

martes, 31 de mayo de 2016

9 motivos por los que complico mi existencia

1 Vos.
2 Vos.
3 Vos.
4 Tu vieja.
5 Vos.
6 Vos.
7 El pelotudo de tu hermano.
8 Vos.
9 Los impuestos.

Lista de consejos para evitar un día de mierda

- No levantarse de la cama hasta el otro día.
- Fin de la lista.

Medicina oriental

Encuentro en el acto de restablecimiento de la conciencia, de vuelta en si, por parte de los paramédicos a una persona cualquiera, una seria contradicción. Este pensamiento seguramente está influenciado por literatura holística o de medicina alternativa oriental. Literatura de esa que te hace pensar en escuchar al cuerpo en vez de a la mente, entender lo que el organismo precisa y actuar en consecuencia. Pero no con fármacos comprados en alguna farmacia que solo benefician a la industria de los medicamentos. Quiero decir con esto que si veo a alguien desvanecerse en medio de la calle lo más probable es que no haga nada al respecto, que ni siquiera llame a una ambulancia, y en lo posible hasta evite que otros los hagan. La lógica es simple, si el cuerpo ya no aguanta más a tu mente, al punto de perder el conocimiento, deberíamos escucharlo, por algo será.

martes, 17 de mayo de 2016

No soy yo, sos vos

– Ya estoy grande para andar avivando boludos – me dijo, y ambos entendimos que ese café iba a ser el último.

La belicosidad perdida

Los años indudablemente nos cambian. En esencia podemos ser los mismos, o hasta pretender ser los mismos cuando la necesidad de reacción apremia, pero no somos iguales, ni siquiera intentándolo. La famosa sabiduría que te da la edad puede llegar a jugarnos en contra, haciéndonos más sumisos o calculadores ante distintas situaciones, en las que antes hubiéramos actuado bajo frenéticos impulsos propios de una temprana edad en este mundo. Yo por lo general trato de verle el lado bueno a las cosas. Ya no soy tan impulsivo, ya no soy tan belicoso. Con esto quiero decirte que, si pretendes ser profesora y no dar espacio a las opiniones de tus alumnos, tildando algunas de ellas de hasta un completo error, no voy a ser yo quien discuta con vos, ni tampoco voy a mandarte a la re puta madre que te re mil parió, por que aprendí que eso solo me beneficiaria a mí, y nunca me gusto ser egoísta.

lunes, 9 de mayo de 2016

Poesía de WhatsApp

¿Y qué tiene de interesante ella?
¿Es soñadora como yo?
¿Cree en el amor para toda la vida?
¿Le gusta bailar?
¿Ríe mucho?

martes, 3 de mayo de 2016

No es saber elegir, es saber cuándo elegir

Y vos dale a todas por igual. No importa que sea medio pendeja o una veterana. No importa raza, peso, religión, color, nacionalidad o gustos en la cama. Dale a todas por igual. Después, en el anecdótico, cuando charles con amigos, vos elegís de cual acordarte.

sábado, 30 de abril de 2016

¡Dejá de pensar pingadas!

Y un día, después de haberme escuchado largo rato hablar sobre mis preocupaciones, así me dijo, y su sabiduría me pareció equivalente a la de diez platones.

viernes, 29 de abril de 2016

Necesarias individualidades que nos separan

La comida vegetariana, considerar la cumbia villera música, Dios en todas sus formas, deportes que considero extremos, las películas de Disney, mentiras innecesarias, opiniones sobre adicciones, Arjona, tu vieja, la infancia en la ciudad, distancias de más de un dígito, permanencia de las relaciones pasadas, haber cogido con tu hermana, las novelas de la tarde, el mate amargo, los planes de fin de semana, olores, el miedo al compromiso, la poligamia, que sección del diario leer primero, ideas sobre la continuidad de lo infinito…

miércoles, 27 de abril de 2016

Autoestima vs escritura creativa

Me encuentro en un predicamento respecto a lo que escribo. Releo un cuento que había empezado hace mucho y que dejé pendiente hace menos, sin recordar bien el por qué hasta la mencionada relectura. Lo concreto es que el cuento estaba bastante estructurado en mi cabeza al punto de solo tener que sentarme a escribirlo, lo que hice en su momento, y en su momento lo dejé de hacer también. Y dejé de escribir el cuento porque, mientras estaba en el trabajo de escribirlo, me dejé llevar por las pulsiones de mi imaginario o por las pulsaciones de teclas frente a la computadora y, poco a poco, el cuento fue tomando direcciones que no había tenido en cuenta al diagramarlo. Hasta aquí suena maravilloso, hasta me animo a considerarlo un poco como “escritura creativa”. ¿Cuál es el predicamento?, el cuento alzó vuelo propio y se fue a lugares a los cuales no pretendía ir cuando empecé a escribirlo, a lugares de los cuales no pude salir en su momento, motivo por el cual lo dejé de lado, y que ahora me tienen nuevamente sin poder avanzar. Hasta aquí no es un problema demasiado grave, no involucra demasiado los pormenores de mi personalidad y mi persona, hasta podría decirse que es un problema de donde cortar, donde borrar. Pero esa necesidad profunda que tengo de complicar las cosas, a veces solo para darme qué pensar, me llevó a reflexionar sobre el hecho de la huida. En su momento, cuando el cuento empezó a irse en direcciones imprevistas, cuando me vi fuera del control de lo que el cuento era o pretendía llegar a ser, lejos de lo que había ideado para él, hui. Sin demasiada dificultad dejé el cuento estancado en el punto en que había dejado de escribirlo una noche y no lo volví a retomar, no hasta haber olvidado por completo el motivo por el cual no había terminado de escribirlo, como un vil cobarde hui. Y ahora que releo el cuento y de nuevo me quedo estancado y sin poder avanzar, hasta justifico y doy razón el haber escapado de él. Que aquello que creamos, o que creemos crear, escape de nuestras propias manos, se convierta en algo distinto a lo que imaginamos, tenga sentido e identidad propios, es en extremos un golpe bajo a mi autoestima. El no tener el más mínimo control, ni siquiera de mis propios pensamientos e ideas plasmados en una hoja digital, me asusta, me asusta al punto de abandonar durante meses algo e incluso hasta olvidarlo. Por supuesto que exagero para hacer interesante este texto, sobre el que tengo un mejor control. Al cuento supongo que le sucederá como les sucede a los gatos cuando se hacen mayores, como a los hijos bien criados, como a la comida cuando tiene meses en la heladera, reconocerá su propia existencia y hará lo que el libre albedrío le permita en una sociedad como en la que vivimos. Por mi parte, y a modo de terapia, seguiré tratando de controlar algunos otros factores de mi vida que no sean tan conflictivos. También seguiré escribiendo aquí, en el blog, con la esperanza de hacer la cantidad suficiente de entradas para que no me sea necesario escribir más, pero que aun así sigan apareciendo, se sigan publicando.

miércoles, 13 de abril de 2016

De alguna forma se empieza

Voy a la marcha, camino, coreo los cantitos de protesta y hasta me conozco alguno. Vuelvo a casa, pongo en la tele el programa de baile, frito una mila. Abro una cerveza, me quedo comiendo en el sillón, abro otra cerveza, después otra. Se hacen las dos de la mañana, me agarra el sueño, mañana seguro presentaré certificado, me acuesto. Recuerdo la marcha y me voy a dormir contento, hoy ayudé a cambiar el mundo.

miércoles, 6 de abril de 2016

A los golpes bajos los prefiero literarios

Estoy absoluta y completamente seguro, al mil por ciento, que a los golpes bajos los prefiero literarios. Me refiero a esas ocasiones en que el autor de la obra utiliza los artilugios, líricos y de composición, de una manera tan sutil, que nos entrapa en esa tela de araña de conexiones entre personajes y eventos, y nos transporta a una realidad paralela tan tangible así, que creemos es la nuestra propia. Entonces, al final de la obra, da el golpazo inesperado y sugestivo generando las más variadas reacciones. Sorpresa quizás, asombro a veces, miedo también, o por qué no alegría. Es así que estoy absoluta y completamente seguro, al mil por ciento, que a los golpes bajos los prefiero literarios. Prefiero enterarme, y sorprenderme a la vez, al descubrir que el lector de “Continuidad de los Parques”, de Cortazar, estaba leyendo una novela en la que se relataba su propia muerte, prefiero ese golpe bajo, estoy seguro, a recibir una patada en los huevos.

martes, 5 de abril de 2016

Motivos por los cuales no debería dejar los ansiolíticos

Qué bueno sería volver a épocas más simples, las de la era del fuego. Cuando una lluvia era recibida con alegría, cuando su roció calmaba la sed de la cosecha, y los rayos y los truenos, y el cielo explotando en todas direcciones, eran mensajes de dioses furtivos que hacían reales las historias contadas por los ancianos en la aldea. Ahora la tormenta es solo motivo de apagar todos los aparatos eléctricos de la casa, porque se pueden quemar, y enfrentarte con la cruda realidad de estar desconectado.

Un humilde pedido

Leo blogs de antes del bum de las redes sociales masivas como Facebook, Twitter, Instagram o Youtube. De cuando comunicabas tus ideas o pensamientos en espacios que no estaban colmados de publicidades personalizadas para el usuario entre tema y tema, sin ventanas apareciendo de repente informándote las últimas publicaciones de algún contacto, o hashtag referenciándote sobre lo que está hablando todo el mundo en un momento del día. En esa época, más simple, no tenía un blog, como tengo ahora.

Y leo blogs de la época en que ingresar a un blog y leer su contenido era algo que hacia solo la gente interesada en hacerlo. Porque esperaban que eso que estaba publicado en el blog sea algo interesante, algo divertido, algo profundo, algo con que poder identificarse y disfrutar del rato en que estaban leyendo. Porque esperaban que el interés que ponían en leer las entradas del blog sea justificado. Porque quienes escribían entradas en esos blogs lo hacían desde un compromiso con el lector, desde un compromiso con la palabra escrita, desde un compromiso con el contenido. Ahora, con el bum de las redes sociales masivas como Facebook, Twitter, Instagram o Youtube, todo el mundo siente que debe compartir todo lo que le pasa, sin el mínimo interés por el lector, sin la menor intención de transmitir un mensaje, sin importarle la perpetuidad. Leo blogs de épocas anteriores, épocas en que compartir un mensaje y que ese mensaje llegue a un lector era importante, épocas en que yo no tenía un blog, como tengo ahora.

Así es que leo blogs de antes del bum de las redes sociales masivas como Facebook, Twitter, Instagram o Youtube. De cuando no existía el like, o el corazón, ni siquiera el compartir. De cuando, quienes comentaban en el blog, lo hacían muchas veces sin la mínima ilusión de una respuesta, ni de otros lectores del blog ni del autor mismo. De cuando el comentario respondía a la lectura interesada del contenido de la entrada, de la afiliación a lo que expresaba sumando ideas, o de la contradicción, refutándola con más ideas que llevaban al debate, a interesantes charlas que duraban semanas entre un comentario y otro. Los blogs que leo, de cuando el comentario era un compromiso con el contenido de la entrada y no un intento narcisista de llamar la atención de los masivos lectores de un meme o una publicación pensada, también, para llamar la atención, los blogs que leo son blogs de épocas en que yo no tenía un blog, como tengo ahora.

Y envidio los comentarios de esos blogs. Porque son profundos, porque son perspicaces, porque van a quedar eternamente plasmados en esas viejas entradas. Porque son de una época más simple, en la que quien publicaba en un blog se comprometía con lo que hacía, en la que los lectores opinaban para contribuir, no para aparecer, en la que los comentarios eran importantes y perduraban. Entonces, para el esporádico lector de esta entrada, de todas las publicaciones que aquí se encuentran, tengo un humilde pedido: ¡COMENTEN ALGO EN EL BLOG, MIERDAS!

lunes, 4 de abril de 2016

Necesarias diferencias

Podemos discernir en la política, este país se presta para eso, seguro podemos. Podemos discernir en la religión también, y prometo aceptar tu misticismo saumérico herbal. Podemos discernir en el futbol, y a cada cual con su mitad más uno. Y podemos discernir en el cine, en autores para leer, en los 50 mejores temas de rock, en soda o redondos, en Marvel o DC, en mascotas para el departamento, en el mejor delivery, en que hacer el sábado a la noche, en Manhattan o Annie Hall, en mate o fernet aunque me cueste, en corriente del psicoanálisis, en el contenido racista de la expresión “negro de mierda”, en las muchas formas de hacer el amor, y puedo aceptar algunos juegos extraños también, en la adopción de un niño filipino, en la salsa blanca o la salsa roja, en que vestido te queda mejor para ir al casamiento, en teorías sobre la construcción de las pirámides de Egipto, en si Aquiles y Patroclo eran pareja, en donde ir de vacaciones, en la necesidad del género en la gramática española, en por qué tu hermano no solo es un estúpido sino un homofóbico también, en rosas o margaritas, en cuál es el mejor caballero dorado, en Ilia o Alfonsín, en blues o jazz, y no te acepto que me vengas con lo regional, con ese folclore tuyo, en la conversión de la materia en energía, en las diferentes lecturas del aura que podamos hacer, en hojaldre o bizcochuelo, en la existencia de uno o más infinitos, en zombies vs vampiros, en fin, puedo aceptar que podemos discernir en un montón de cosas más y etc. Lo que no puedo aceptar, lo que no logro aceptar, es que estemos de acuerdo en seguir juntos.

domingo, 3 de abril de 2016

Para una vida más simple absténgase de metáforas

– Hola.

– Hola.

– ¿Qué haces?

– Estoy leyendo algo en la computadora, un artículo muy interesante sobre los tipos de inteligencia, la lógica y la espacial. Supongo que yo podría considerarme que tengo una inteligencia que tiene que ver con el conocimiento de las cosas desde otro punto de vista, como una inteligencia metafórica. Pensaba en que al escribir, cuando estoy así como inspirado y no me andan dando vuelta por la cabeza los problemas de la casa y el trabajo, y claro no es domingo como hoy y no estoy medio melancólico, me salen las mejores ideas para metáforas. El problema es que por lo general las descarto porque siento que son naif, y que alguien que quiere entender y explicar el mundo con metáforas no puede pretender entender y explicar el mundo, porque esas son cosas más propias de las ciencias y de las inteligencias lógicas. Ahí es cuando me pregunto si de verdad tengo esa inteligencia metafórica, que hasta ahora el artículo no menciona, o si en verdad mi inteligencia es lógica. Me ayuda cuando estas ideas me ponen un poco triste, porque de esa tristeza, que suele ser propia de los días en que me pesan la casa y el trabajo, o de los domingos más melancólicos, de esa tristeza suelen salir ideas para metáforas que me gustan más. No creo que sea porque son mejores que las que hago cuando estoy más tranquilo, solo es porque siento que las metáforas tienen que salir de pensamientos impulsados por sentimientos, no de ideas mentales. Igual a veces descarto esas también, por no saber bien si las hice por los sentimientos que me abordaban en ese momento o porque, inconscientemente, me tendí una trampa a mí mismo, y me puse triste adrede, para escribir algo ese día.

– Ah claro.

– ¿Vos que haces?

– Nada, veo tele y me corto las uñas.

No puedo vivir sin...

La respuesta más sencilla, que es la primera que viene a mi mente al leer la pregunta es “no puedo vivir sin un libro para leer, sin música para escuchar, sin algo para ver y entretenerme”, pero lo cierto es que podría vivir sin todo eso. Nada de lo que hago para entretenerme, que suma el escribir y hacer talleres de distinta índole, son cosas por las cuales sufra una ausencia. Creo que la respuesta más honesta, por ser la más cavilada, sería “no puedo vivir sin un propósito”. Como todos, creo, o como muchos al menos, siento que estamos en esta vida, conscientes de que existimos, porque tenemos un objetivo. No estoy infiriendo un sentido místico a la existencia sino más bien uno tangible, mental, sobre el cual basamos nuestras propias vidas. Si estamos en este mundo, y somos conscientes de nuestro estar, tenemos la obligación, o al menos así lo siento, de involucrarnos. Pero no bajo el influjo propio de la corriente cultural en la que estamos inmersos, sino con plena conciencia de donde estamos y por qué, y de qué manera podemos contribuir a mejorar o cambiar aquello que nos parece injusto o insano. Creo que el motivo de pretender dedicarme a la educación tiene que ver con esta idea de contribución al espacio que compartimos. Una de las pocas certezas que expreso cuando me preguntan por qué hago lo que sea que hago suele ser que estoy en la búsqueda de algo, y ese algo es la significación del motivo de encontrarme en este lugar y tiempo, y que el pasar de mi vida no sea insignificante en el transcurso de ese mismo tiempo. Es la búsqueda más común que conozco pero a su vez la más compleja. Supongo que la respuesta completa a la pregunta sería “no puedo vivir sin un objetivo en mi vida, y no puedo dejar de buscar cuál es ese objetivo”.

# el autor aclara que la pregunta fue formulada en una clase de epistemología de la educación de una licenciatura que se encuentra cursando, por ende, el abuso de elocuencia en la respuesta no es más que la búsqueda, al mejor estilo del forro de la clase, de quedar bien con la profe.

lunes, 28 de marzo de 2016

Posibles incorporaciones en el diccionario de la RAE

Batman: identidad secreta del millonario Bruce Wayne, que tras haber perdido a sus padres cuando niño en un asalto, a la salida del cine en su ciudad natal, y tras haber viajado por el mundo y entrenado con la Liga de los Asesinos, decide volver a la ciudad de Gotham para combatir el crimen disfrazado de murciélago y utilizando una variedad de armas y tecnologías avanzadas.

Superman: alienígena con súper fuerza y no demasiada inteligencia, que por algún motivo pensó que podía ganarle a Batman y este le dio una cagada que sintió hasta su bisabuelo en Criptón. En la tierra se hacía llamar Clark algo.

domingo, 27 de marzo de 2016

Marcha del orgullo

Esa mañana se armaron de pancartas afiladas, carteles y pasacalles. Vestían trajes de guerra ceremonial de la cintura para abajo. Los vestidos de los oficiales, adornados con lentejuelas doradas, sobresalían por sobre la simple falda de gamuza de los soldados rasos. Las sandalias hacían juego casi siempre. Y aunque algún desprolijo pudiese tratar de combinar rosa con amarillo, siempre era reprochado severamente por su oficial a cargo o un compañero. Los más osados se animaban a lucir botas de taco alto, largas llegaban hasta sus rodillas.

– ¿¡Qué queremos!? – A lo que la muchedumbre respondía – ¡poder casarnos!

– ¿¡Con quién queremos hacerlo!? – A lo que solo uno respondió – ¡con usted!

sábado, 26 de marzo de 2016

Vacaciones permanentes

Tengo vacaciones, pocos días, decido quedarme en casa, para ahorrar. Experimento aquí, donde vivo con mi familia en número de 12 más o menos, una sensación de alienación, una falta de pertenencia. Es por mi incesante ritmo de vida, en días comunes paso solo 8 o 9 horas en casa, de las cuales 6 estoy durmiendo. No es de extrañar, entonces, que el hecho de pasar dos días seguidos sin salir, siquiera para comprar una gaseosa en el kiosco de la esquina, generen perturbaciones en los otros habitantes del ambiente, como en mí también. Las conclusiones directas del experimento, pasados menos días de los que estipule para empezar a obtener algunos resultados, son a) no soporto a mi familia y, el menos esperado, b) mi familia no me soporta a mí.

Polución

Polución es un ser profano hecho de partes de otros seres como él, monstruos de lo absurdo. La prole del caos del mundo tiene formas impensadas. Inmundo y mal oliente excremento de un dios u otro. Que se nutre corrompiendo una tierra agónica y deshecha, un mundo decadente. Polución es un glotón. Es un goloso que engulle muerte en bocados y atracones mórbidos. Y engulle vida. Absorbe lo inútil del ser, cual fuese, y lo aprovecha en su contra. Lo hace parte de su carne, que no es carne, y de su sangre que no es sangre, y de su vida que es muerte. Y es un muerto viviente. Un ser reptante y corrosivo que se mueve estando quieto, que se expande. Un ser errante, purulento y tóxico, que crece inconmensurable y reclama su lugar en la tierra, su potestad sobre los hombres. Polución es un Dios. Polución es mi único Dios y voy a venerarlo cada día de mi vida, con cada uno de mis actos, hasta terminar con este mundo.

Escritos sueltos encontrados tres

¿Qué necesito?
nadie supo decírmelo nunca
tal vez no lo pregunté a tiempo.

No vi la tormenta arrasar mi casa
no vi las brasas extinguirse con el agua.

Te culpé cuando no tenía a quien culpar
me culpé cuando abrí los ojos, y después ahí se hundieron
dejaron un cráneo hueco, un cuerpo muerto.

Al final descubrí
que la vida era más que tu muerte.

Escritos sueltos encontrados dos

Como hacer para no arruinar lo que tenemos, quien soy yo para decidir que es hora de dar el gran paso, que me hace creer que al menos dirás que sí.

Amiga mía, querida amiga, este es el eterno dilema. Del que hablan las cientos de canciones que no vienen a mi mente ahora, que te dedicaría si al menos alguna dijera todo lo que tengo para decirte, y callo. Y es que somos tan compatibles como queremos ser. ¿Sera que mutuamente nos mostramos lo mejor de cada uno? Cada palabra solo nos dice cuan acertada es la idea de estar juntos, de intentar estar juntos. Yo no lo creo así, porque estoy lleno de defectos que a cada momento demuestro sin inhibiciones, que vos entendés sin reparos y aceptas, por suerte aceptas. Me muestro como soy y te gusta. Te cuento como quiero ser y adonde quiero llegar y te emociona, como a mí me emociona la idea de que estés a mi lado cuando todo esto suceda. Porque vas a estar, como mi amiga querida, como una amante enamorada, como sea te quiero junto a mí.

Y escucho tus ideas y tus proyectos. Me gusta la mujer que eres y más me gusta la mujer que quieres ser. Me idealizo como un compañero de tus aventuras y desventuras, para verte correr y tropezar y levantarte, para que caigamos juntos cuantas veces sean necesarias. Ambos tenemos esas metas indispensables que cumplir, y ambos queremos a esa persona a nuestro lado para apoyarnos, para ayudarnos. Creo en tus actitudes, creo en tu capacidad para superarte como creo en mi propio espíritu, sé que ambos podemos llegar muy lejos, juntos, las distancias no tienen significado.

Te busco para sacarte una sonrisa que me adueño y no voy a devolverte nunca, que atesoraré siempre. Como un ojo por ojo te regalo mi alegría a carcajadas, en tardes de mates largos y reflexiones cortas. Pasamos de un examen exhaustivo de la realidad a hablar del otro ideal. Recordamos a la familia que tenemos lejos y cerca, y extrañamos en equipo, que es más fácil y entristece menos. Compartimos historias vergonzosas que no compartimos con nadie, son secretos que entre nosotros no hay, o son verdades que solo nosotros podemos saber. Disfrutamos de una amistad que podría ser eterna, del compañerismo que se da a veces, de la fortuna de conocernos. Lo que dure esto, espero que también sea una elección mutua.

viernes, 25 de marzo de 2016

Tarde de crisis de los 30

Me pasé la tarde, aprovechando el Feriado, leyendo y releyendo viejos escritos. Es interesante lo que se puede encontrar cuando se abre el baúl de los recuerdos. Entre mitades de cuentos e intentos de poesías fui descubriendo puteadas a antiguas novias y cartas de amor a sub siguientes desencuentros amorosos. Además había un sinfín de escritos incalificables de índoles tan erráticas como criticas de cine, reflexiones filosóficas y hasta letras de canciones. Descubrí en esos viejos textos a la persona que solía ser, cuando más joven, una persona un poco menos intelectual a la hora de contar, o escribir en este caso, lo que sentía, obviamente una persona un poco menos leída, aunque en esto tampoco progresé mucho, una persona más pasional, más desenfrenada, mas verborrágica y catártica. Eso en comparación con la persona que veo actualmente en el espejo, 10 años después, ya con 30 años encima. Esta versión, la actual, se considera a sí mismo como un ente más calculador, selectivo, un poco huraño, mucho más reflexivo de lo que muestra y a quien. Meditar sobre esto, recordar un poco mi pasado y aquello sobre lo que solía escribir, me llevo a algunas conclusiones reveladoras:

1 Si bien el tiempo tiende a hacernos más sabios, también nos vuelve menos osados a la hora de jugarnos por la camiseta.

2 No podría volver a escribir cosas como las que estuve leyendo esta tarde, no porque no sea intelectualmente capaz de hacerlo, sino porque están cargadas de sentimientos y emociones que me asusta volver a experimentar.

3 Lo que escribía antes, tan verborrágico y catártico, y lo que escribo ahora, tan intelectualizado e irónico, ninguna de las formas, nunca, me sirvieron para levantarme una mina.

Algunas envidias

Envidia. El corazón lo admite. Mis ojos bailan al ver, se repite la lectura una y otra vez. Son las horas que pasan y se van. Después de tanto tiempo ¿qué nos costaba? Si sos la mujer perfecta, la perfecta desilusión. Si soy un mendigo que te reza, nada podría salir mal. Nada sucedió más que la envidia. El corazón la bombea y entre las venas la sangre es verde. El cuerpo se hincha de rabia, la cabeza explota en un mar y mancha las cuatro paredes. El mundo se vuelve ciego y estás más solo que antes. Más solo que antes de conocerte, envidia.

Envidia de la barbarie que lo hace peligroso, envidia de la facilidad de su lengua de serpiente, envidia de su tranquilidad desmedida, de su autoestima de estatua. Envidia de no tener que hacer nada y ganarlo todo. Envidia de ocupar el trono, ser el rey vehemente del gran castillo, de acostarse en tu alfombra de mujer fatal. Lo veo y envidio todo cuanto no soy, todo cuanto no tengo, toda tú, envidia.

Escritos sueltos encontrados uno

El ser literario es un ser solitario. Es como una roca dura y fría cuando critica su obra última. Es un enamorado de las situaciones simples que encierran grandes historias. Es un soñador irremediable, el perfecto idiota, crédulo e inocente. Es el profeta de los momentos de su vida, el idealista que acierta para su desgracia. Es el que quiere más de aquello que solo él entrega. Es el que le busca la vuelta a todo, pero que nunca encontró vuelta. Es el que estuvo aquí y allá y nada trajo. Es el colgado de siempre, de una viga que no se rompe, de una muerte que es segura, que va lenta, pero segura.

De cerquita

Tu sonrisa es, de cerquita
esa que no regalas en ninguna fotografía,
esa que no conocen quienes no te miran, de cerquita
esa que es una mezcla de labios mojados de besos
de nariz y ojos que se confunden
y de un profundo suspirar, profundo y de cerquita
melancolía de domingo y mates.

Tu sonrisa es, de más cerquita
la picardía de hacerme la contra en todo y disfrutar de mis rabias
y callarme de una mordida y escapar descalza por toda la casa, desnuda
pero quedarte con tu sonrisa, de cerquita
y esperar el choque de mis ideas con tus intuiciones
y morderme de nuevo, de cerquita y correr
para que me confunda y me olvide y te quiera atrapar
tenerte cerquita.

Tu sonrisa es y será, de bien cerquita
el recuerdo de tardes traspiradas, abrazados sin motivos
odiándonos por no poder dejar de sudar, ni estar cerquita
olvidándonos que un tiempo atrás ese cerquita era dulce,
que las rabias eran un juego y que no te perseguía para hacerte daño
que te quería tener, así, cerquita, como a tu sonrisa
la imagen más bella que tengo de vos, de cerquita.

Y tu sonrisa es, ya no tan cerquita
un flagelo que me congela de noche, la amargura del insomnio
el espanto de la soledad más solemne
de no saber vivir sin, de no poder vivir con
es tu sonrisa, lejano el recuerdo
una línea más en una lista de derrotas, tiempo perdido irrecuperable
la nítida noción de no saber nada, de vos
ni de tu lejana, lejana sonrisa

jueves, 24 de marzo de 2016

Checklist 24 de marzo

Tareas para la tarde:
ayudar a preparar la humita
recibir a las visitas
preparar los mates
recordar a los desaparecidos
recordar nunca olvidar

domingo, 20 de marzo de 2016

Repetidas mariposas en la panza

Pensaba en una película de Adam Sandler. Sí, creo que alguna película de Adam Sandler puede llegar a motivar escribir algo al respecto en mi blog alguna vez. El film en cuestión era, según recuerdo su traducción al español proyectada por canal 8 “Como si fuera la primera vez” o algo así. Es la típica comedia romántica con un toque de humor irónico desde los personajes secundarios, que no son más que arquetipos estereotipados y exagerados en la medida de bla bla bla. Creo que para análisis de películas existe gente más capacitada que yo así que prosigo. La historia es básicamente de la una chica que tiene un problema mental, una enfermedad por la cual pierde la memoria de lo que hizo después de dormir, conoce por casualidad en un bar, al que siempre va por qué cree que siempre es domingo por la mañana, a un hombre, el personaje de Adam Sandler, quien, haciendo los típicos juegos de las comedias románticas, logra enamorar a la mujercita por un instante. Luego se despiden y vuelven a encontrarse al día siguiente en el mismo bar, pero ella no recuerda nada sobre él, quien trata de proseguir una charla que para ella nunca existió y así. El drama existencial y emocional de la película continúa desde este argumento con los toques de humor que ya mencionamos. Hasta aquí sigue sonando a una película para ver un domingo a la tarde en canal 8, y admito que entretiene. Voy a tomar licencia de escritor a partir de este punto y voy a cambiar el tono de este texto hacia un espacio un poco más profundo, pues quiero comentar algo que me surgió al pensar en esta película de Adam Sandler, porque sí, creo que una película de Adam Sandler puede llegar a motivar escribir algo al respecto en mi blog alguna vez. Pensaba en la aventura del primer encuentro, en la emoción que surge cuando vas a conocer a ese hombre nuevo, misterioso, extraño, que los infinitos de la vida te presentan a veces, por ejemplo, en un bar comiendo algo un domingo, o cualquier día que ella pueda creer que es un domingo. Pensaba en las artimañas de Don Juan que tenemos que representar ante aquella dama, para conseguir esa sonrisa tan deseada, la que nos indica que las cosas están saliendo bien, esa mueca de curiosidad al vernos navegar por nuestros pensamientos existenciales, esa admiración con que nos analiza de pies a cabeza cuando contamos aquellas aventuras caballerescas, de trabajo o de cancha o de amigos. Pensaba en las repetidas mariposas en la panza, que surgen cada vez que se presenta ese posible nuevo amor. Pensaba en la necesidad de reinventarse, cuando queremos llamar la atención de esa extraña y solitaria mujer. Pensaba en lo adictivo de aquella situación que viven los personajes en la película. Desde la perspectiva de ella, sentir en cada encuentro, cada vez que vuelve verse con él, la emoción de la primera vez, las mariposas en la panza dando vueltas y tornando todo el mundo al revés, cambiando los planes de un día como todos, generando ilusiones futuras sobre ese alguien que se nos aparece así, misterioso, encantándose con aquella situación constantemente, viviendo esa primera vez siempre. Y desde la perspectiva de él, crear una nueva persona, lograr encantar a la bella dama en cada oportunidad, reinventándose con la premisa de que en un nuevo encuentro ella lo verá como a ese extraño personaje de ficción, el que suma todas las formas de aquello que quiere, que logra llegar a su corazón, porque es capaz de crear y recrear esos momentos, porque siente en todas sus sonrisas sinceras una victoria. Pensaba en lo adictivo que sería vivir esas primeras veces, esas mariposas y esas reinvenciones, todo el tiempo, en lo rápido que consumimos esos momentos, cuando nos relacionamos con alguien nuevo, cuando empezamos a conocernos, sin aprovechar que tendremos esas mariposas en la panza solo una vez.

lunes, 14 de marzo de 2016

Obsesiones de domingo

Te voy a convertir en mi obsesión de este domingo. Como en otras oportunidades, otros domingos, fue un libro de Cortázar, fueron 10 capítulos seguidos de una serie emocionante, fue una salida a un lugar desconocido. Hoy vos. Puedo pasarme el día entero mirando tus fotos, las del muro, las del viaje a Jujuy, esas que te sacaste frente al espejo luciendo ese vestido que te queda tan bien. Puedo leer tus viejos mensajes, también, volver a encontrarte en esas palabras que compartimos alguna vez, recordar la emoción de conocer tus gustos por el cine, por las salidas con amigos, y por los hombres. Puedo pasarme el día pensando, sólo pensando, en los muchos lugares adornados por lunares que hay en tu cuerpo, en las arruguitas de tu rostro cuando ríes, en el olor de tu cuello al amanecer, en el sabor único de ese último beso, el de la despedida. Y es que ya de sobra te hablé de las vicisitudes de los lunes, de cómo los martes empiezan a apurarme con las tareas incumplidas, y los miércoles el hastío a la rutina se hace sentir más fuerte, por estar justo en el medio, de cómo los jueves no veo la hora de terminar el día y los viernes me cuesta empezarlo como si fuese un lunes potenciado. Los descansos son para los sábados. Las melancolías, las crisis existenciales, las obsesiones de un día, esas son para los domingos. Y te voy a convertir en mi obsesión de este domingo. Como en otras oportunidades, otros domingos, fueron algún cómic épico, un juego de computadora que me inmovilizó durante horas, un atardecer nublado escribiendo cosas como estas. Hoy vos. Para el próximo domingo no he decidido aún, quizá finalmente quieras acompañarme en esa merienda que nos debemos, quizá disfrute de verte de nuevo, y me ayudes a decidir con que obsesionarme ese domingo.

domingo, 13 de marzo de 2016

Salir hoy está por de más sobre valuado

Preferir quedarme en casa de nuevo, sentado leyendo toda la tarde, un domingo fresco pero con sol, con cielo despejado y buena luz, de parques verdes próximos a la primavera y gentes algarábicas por doquier, me hacen pensar en cuanto viene desperdiciando domingos Dios últimamente.

sábado, 12 de marzo de 2016

Lo que me llevé de las clases de teatro

Hablando con un actor, con un artista de la actuación, comprendí una verdad que me parecería absoluta si pudiera creer en uno o varios infinitos. Me dijo, y cito, “para interpretar un terrorista con barba, te tenés que dejar la barba, tenés que usar la barba, tenés que sentir la barba y ser la barba”. Suena lógico. De todas maneras me preocupaba más el hecho de que, para interpretar un terrorista lo importante sea saber usar y sentir la barba. Supongo que la violencia, el terror y la intimidación, son parte del cotidiano de la vida, no solo la de un terrorista, nada demasiado difícil de interpretar entonces, solo aprender a sentir la barba. Cuando pienso en aplicar este absoluto a lo que yo hago, quedo en un lugar un poco complicado. Supongo que quienes escribieron heroicas historias, de hombres sublimes, en alguna manera fueron hombres heroicos y sublimes, o al menos creyeron serlo, a lo Quijote. Que me quedaría a mi entonces. Escribir historias sobre un hombre mediocre, con un trabajo mediocre, que vive en una ciudad mediocre y se siente mediocre. Pobre del lector, cuan mediocre podría ser esa historia.

La mejor defensa es...

Que confundidos están los que piensan que el sarcasmo es un arma de ataque, que penetra en lo más íntimo de tu ser para causar estragos en tus entrañas sensibles. Daños profundos, lastimaduras ocultas que no pueden ser tapadas por curitas de 50 centavos. Para nada, no. El sarcasmo, mi sarcasmo, no es más que una forma de defensa, una estrategia bien calculada de repliegue ajedreciano. Es una coraza o escudo que detiene tan incesante devenir constante de formas de entender, la realidad, más simples. Formas que podrían, en algún punto, si es que acaso no me defiendo de alguna manera, hacerme disfrutar del mundo y de sus muchas entropías, de lo maravilloso de la existencia bíblica, casi hasta el grado de hacerme sentir feliz, en algún momento.

miércoles, 2 de marzo de 2016

Quien ríe último

Ya vencido, en mi lecho de muerte, con las ultimas energías para pensar apenas, y un dolor agudo, que creo, no cesará más, en mi mente solo están ellos. Todos los doctores, todos los curanderos y chamanes, los clérigos, todos, todos los que trataron de rescatarme de este derrotero y no pudieron, ellos. Y si los tuviera aquí en frente ahora, y si acaso pudiera hablarles, les diría "gané. Les gané putos. No pudieron hacer nada por mí, les gané".

domingo, 14 de febrero de 2016

Ficción

Leo ficción. De manera recreativa, sin fines de lucro. Sé de sobra que la realidad supera la ficción, todo el mundo lo sabe. Igual soy un hombre de fe y sigo leyendo, esperanzado, que la ficción no deje de intentar revertir eso.

jueves, 11 de febrero de 2016

Los buenos amigos solo traen cerveza

Como puedo aprender del desconsuelo si me consuelan. Que estúpida necesidad de mal amigo es la de querer hacerte sentir mejor cuando saben que la culpa es enteramente tuya. Es un acto de egoísmo de los más ruines, empatía perversa, yasta yasta en lugar de cagate. Es limpiar la conciencia con la premisa profética del yo estuve ahí, pero sin el necesario reproche de sí me hubieras hecho caso. Y ahora que mordés el polvo vuelven a cumplir ese rol heroico de la otra vez y la otra vez y todas las veces. Que se vayan a la mierda, y que coman aca. Si no aprendí nada, ni a la tercera, ni a la cuarta, es culpa de ellos, enteramente de ellos. Y si no aprendo ahora es porque no quiero. Métanse la cerveza y los consejos en el culo, yo me vuelvo a buscarla.

domingo, 24 de enero de 2016

Calma

Como hacía mucho no me pasaba, de un tiempo a esta parte, me encontré hace poco en completa calma. Supongo, sin creer en tonterías del destino, que estaba predicho que pasaría. El profeta no fue otro sino yo mismo. Supuse o predije que, al lograr cierto grado de seguridad, cierto nivel de madurez emocional, y fundamentalmente cierto porcentaje de alcohol en la sangre, iba a poder disfrutar de un instante así. El error en la predicción, porque ningún Nostradamus es exacto, puede encontrarse en el lugar. Lo había ideado en la cima de alguna colina o formación montañosa, con cielo despejado, con luna y estrellas, tenía también en mente la inmensidad del océano, la sobrecogedora ausencia de horizonte, solo mar, fácilmente habría imaginado un llano abierto con mucho pasto verde alrededor, bajo un árbol con pava y mate, el más simple de todos. Pero llego de la mano de lo más básico, la juntada. Tres amigos que una noche no tienen nada que hacer, ponen música en un viejo Aiwa y se sientan en la vereda, con la luz apagada, con un canal mugriento al lado de una canchita de fútbol como paisaje, con una luna apenas distinguible detrás de los faroles de luz, viendo pasar por el horizonte los autos de rezagados que están terminando su noche también, y tropiezan con el viejo bache destruye suspensiones, con charlas de filosofía barata, psicología de bolsillo e historia subjetiva, justo en el momento en que soy consciente de que ya no entiendo nada de lo que se dice, en que no distingo nada de lo que veo, en que estoy a punto de apagarme, es que encuentro la completa calma. Todas las preguntas serán respondidas al otro día, o tal vez no, qué importa, me conformaría con la respuesta a la pregunta más importante, ¿cómo mierda volví a casa?

viernes, 22 de enero de 2016

Incuantificable

Voy a natación 3 veces por semana, también voy al gimnasio 3 veces por semana, hago clases de teatro, 2 veces por semana, 3 horas por vez, las horas de natación y del gimnasio no sé si pueda cuantificarlas, no son siempre las mismas. Hago clases de música, aprendo a tocar el bajo, una (1) clases por semana, varias horas según el humor del profesor. No siempre hago todas esas clases. Practico en casa con mi bajo también, 40 minutos por día o al menos así miento a veces. Trabajo 7 horas, 5 días a la semana, menos los feriados, estas sí son fijas, cuantificables. Leo, o me gustaría, una (1) vez por día. Escribo mucho menos que eso. A la diversión le dedico los fines de semana, una buena cantidad de horas que voy a resumir en 6 por cada día. El resto son tiempos ya muertos relacionados con momentos como el desayuno, merienda y cena, y las actividades que se realizan entre estos tres, no voy a detallar estos tiempos, para no hacer tedioso el recuento, pero los voy a contabilizar en la suma final como 47. De esa manera, entre natación, gimnasio, música, practica de bajo, trabajo, lectura, escritura, diversión y rutina, tengo 3+3+2+3+1+40+7+5+1-1+6+47=118. Es un numero bastante pequeño, ¿acaso habré acabado con la sumatoria de momentos que podía pedirle a la vida?, ¿con tan solo 118?, con tan pocas cosas hechas, tanto por hacer. Ahora que la muerte es infranqueable, que la bala está a momentos de penetrar el cráneo, no me queda más que tratar de contabilizar este último momento, pero es incuantificable. Si acaso, en éste justo momento, todo lo que existe dejará de existir para mí, no podría entender esto sino como un gran 0, un enorme y fatídico final, 0. Y, una vez que esté en ese otro lado, en el lugar después, ¿podre cuantificar lo que encuentre ahí?, ¿sumar y dividir los momentos para estar seguro de que estoy aprovechando a full esa otra vida? Al final de cuentas logro entender que el pasaje se resume a la división de la sumatoria de los momentos vividos, con ese último momento fatal. El resultado de la operación es bastante revelador.

lunes, 18 de enero de 2016

Castigado

Obligarme a escribir es como obligarte a que me escuches, es un acto despótico, es egoísta y ruin. Es como obligarte a que te quedes, que lo superes y aguantes un poco más, es como obligarme a que te deje, que me resigne a perderte y te olvide. Es sufrirnos. Obligarme a escribirte es como obligarte a que me entiendas, es un acto despótico, es egoísta y ruin. Y debería ser castigado, si castigado, de la manera más cruenta, por obligarme a escribir, por obligarme a escribirte debería ser castigado, yo, sentenciado al sufrimiento, a escribirte, a no detenerme ahora.

domingo, 17 de enero de 2016

Del cuadernito verde

Y una trabita para el pelo que no es de ella, que encontré en una cama que no compartí con ella, en un tiempo olvidado hace mucho tiempo por ella, me recuerda que está presente y que, tal vez, nunca lo estuvo.

sábado, 16 de enero de 2016

Sin moverte

Y todo se fue al carajo, como bombas cayendo por todas partes, una lluvia de bombas explotando a tu alrededor, destruyendo la casa, palabras explotando, resonantes, agudas y chillonas palabras que convierten en escombros el sueño feliz, la casa se venía abajo en el ataque y estas ahí, sin moverte, escuchando el alegato detonante, el grito explosivo de reproches y acusaciones, de estruendos y vigas que se rompen, del cielo raso quebrándose en dos, en tres, en las mil partes del desorden que es tu vida ahora, y cayéndose como tajante sentencia de muerte, de abandono y olvido, manto blanco de polvillo, tumba blanca que te atrapa cuando se va, que te detiene entre sus escombros de espacios justos, vacíos y sucios, respirando el polvillo blanco que te asfixia, sin moverte, mientras se aleja, a cada segundo y con cada sentencia castiga tu espalda con escombros de una casa en ruinas, bombardeada con la furia de diez ejércitos como años, de soledad en compañía, de costumbres que te consumen en cenizas de corazón, de altruismo aberrante y esperanza estúpida, palabras disfrazadas de bombas que explotan en tu oído inmóvil, y el eco retumba en toda la casa vacía y la quiebra, y quiebra el silencio, y la desarma, peldaño a peldaño cae sobre tu espalda, la casa pesa como la soledad cuando se aleja, las ruinas en que se convierte la casa, con cada dedo señalando al medio de tu frente sudada, pesan, pesan tanto que respirar cuesta, entender, cuesta más creer que resistir, y saberse inmóvil ahí cuesta más que cargar con todo el peso de una casa bombardeada por palabras, como bombas lloviendo, como gotas de agua explotando, rencores muchos explotando por toda la casa y diez años después, inmóvil ahí mientras se aleja, dejándote la casa y la ruina, y todo, y todo se fue al carajo.

jueves, 14 de enero de 2016

Tres posibles infinitos

Infinito número 537

La teoría de moebius sobre una cinta plana que unida de cierta manera nos hace recorrer su superficie en forma infinita. Es decir, un infinito de repeticiones, un infinito cíclico de repeticiones, en donde, si el movimiento es constante, jamás nos detendremos, pero sobre el cual nunca avanzaremos realmente, siempre estaremos en constante regreso a un punto de partida el cual sobrepasamos una y otra vez. Sería un posible infinito. Cuantas veces no habremos sentido ese infinito en el quehacer diario y rutinario al que, irremediablemente, nos lleva la vida actual, monótonamente abrumadora, pero que son infinitos que elegimos día a día, son infinitos en los cuales nos encontramos cómodos, volviendo a lo mismo, haciendo siempre lo mismo, estables, simples, en los cuales transitamos con seguridad, siempre.

Infinito número 538

El espacio como infinito, con el movimiento constante que nos empuja en cualquier dirección, es un interminable descubrir de cosas nuevas (planetas nuevos, estrellas nuevas, galaxias nuevas) en formas inimaginables pero que no se repiten, que nos plantean escenarios diferentes cada vez. Suena al ideal que cualquiera querría vivir. La aventura de lo desconocido como el ideal último de cualquier soñador bohemio, eso que nos llama, eso que leemos o vemos en la variedad de las formas artísticas y con lo que soñamos, cuantas veces soñamos con ser aquel viajero intrépido, y aunque sabemos que no sucederá, con todo aquello que perdemos de conocer y descubrir, no renegamos demasiado al respecto.

Infinito número 539

El infinito soñado, el que podría representar dentro nuestro una forma de trascendencia, el infinito ideal, el pacifico, el del descanso eterno. Un infinito que, percibido desde la visión, sea el equivalente a estar rodeado, en cualquiera de los puntos cardinales, por una densa niebla que no permita ver nada, ni a nosotros mismos parados en esa niebla. Si hay movimiento que no lo notemos, porque nada cambie en nuestra visión, porque nada se repite más que la densa niebla uniforme, cubriéndolo todo, y entonces, sin ninguna de las certezas que nos hacen reconocernos, simplemente transitemos por ese estado de calma y ausencia. Sería el momento mismo de la muerte, como pasando por un trance del que no podremos volver nunca, vamos perdiendo la noción de todo y de todas las formas de infinito hasta que el blanco de la niebla termina por ser total. Puede ser la búsqueda de este infinito la razón de los muchos buenos y malos viajes a los que nos préstamos a transitar cada vez consumimos distintas sustancias, será que pretendemos adelantar el tiempo del viaje infinito.

Infinito número 540

viernes, 8 de enero de 2016

Neurosis de verano

Verano, natación, profesor, de espaldas con patada de crol. Ya en el agua miraba las líneas verticales del techo que me indicaban si avanzaba o no, no eran de mucho fiar a menos que encontrase algo atípico en la forma, una mancha o una grieta que me indicase si avanzo al acercarme y alejarme a ella, al menos me servían para saber si estaba orientado correctamente. Es extraña esa sensación, ya en el agua, de ausencia de todo espacio tangible. Así sentirán los astronautas al flotar en materia oscura, creo. Ausencia. Que en otra circunstancia sería muy aterradora. Ausencia de un piso firme en cual erguirte y correr de ser necesario, ausencia de cosas alcanzables con tus manos para defenderte, ausencia de velocidad en tus movimientos, de control en tu cuerpo, en la situación. Primera ida, primera vuelta. En la siguiente los cristales de las gafas comenzaban a empañarse. Lógicamente los ojos, como todo nuestro cuerpo si es expuesto, reflejan la luz. La luz es energía y la energía es calor. Entonces el calor que irradian mis ojos en el espacio solapado que dejan mis gafas calientan los cristales, que al contacto con el espacio más frío del agua de la pileta hacen que se empañen. Nadando así ahora veo menos el techo, veo menos las líneas verticales y pierdo la noción de dónde estoy en la pileta, y si, con todo y pataleo, estoy en medio flotando inmóvil, o cerca del final, si estoy en la pileta o en un río tendido de espaldas y a la deriva, yendo directo a una cascada y a punto de caer por ella en un hoyo negro para terminar flotando en el espacio, con mi tanque de oxígeno medio vacío y ninguna señal de vida tecnológica, o de cualquier tipo, en ninguna parte, porque esta empañado el visor de mi traje y en mi radio comunicador nadie responde cuando... y la realidad ingresa por mis orificios nasales en forma de agua sucia de pileta apestada de cloro, intomable y por supuesto irrespirable. Ahogo, profesor, vergüenza, clases de spinning.