domingo, 8 de mayo de 2011

XXIX - a

Te busco
en aquel marco de vidrio transparente
no te encuentro
no me encuentro.

Es el ruidoso motor de las 5, llego tarde
o es la resolana cálida del día, nublado
todo es tan brillante afuera y adentro.
Los árboles se van
como los hombres en sus casas arcoíris
veloces como los autos que vienen y se van.

Otra vez escapa
los cuerpos dentro están vacíos
no puedo verlos ni verme
¿acaso estoy vacío?

Insistente te busco y me encuentro
estoy vivo, estoy ahí, mirándome
mi reflejo translúcido
en la ventana del tiempo.

sábado, 7 de mayo de 2011

Rituales paganos a la luz de la luna

Qué bueno es tener a alguien con quien poder ser uno mismo, sin las restricciones que impone la sociedad sobre vergüenza y actos tontos. Está mi querida Gii en mi vida para eso. Gracias amiga, sabes que sos genial y que por eso te quiero.

Porque la mina se prende en todas, y no le importa el qué dirán y lo que parecemos al actuar tal cual somos y queremos. Y eso para mí es genial. De todas maneras no somos los osados que aparenta estas letras, podría decirse que somos los colgados que nos decidimos a hacer y hacemos. Le propuse esa noche a Gii enterrar un sentimiento (uno que estaba siendo por demás inútil mantener para mí). Por supuesto esto debía hacerse con un ritual pagano a la luz de la luna, en donde quemáramos una foto de la implicada bailando alrededor de las llamas. Cuando empezaban a aparecer la ofrenda de comida y vino, a la diosa del olvido, fue cuando nos descolgamos y dijimos "bueno... a lo mejor no eso pero algo tenemos que hacer" “ya sé, enterramos algo en la plaza y vos decís unas palabras... y después terminamos con un solo de trompeta vocal". La idea gusto y se hizo, y es de los juegos más graciosos que hice. Sin ser la gran cosa, el video es una divertida anécdota y un semejante recuerdo. Gracias Gii y gracias a mis amigos por compartir esas ideas colgadas que a veces aparecen.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Larga vida al chegusán

Mi amiga Luli me dijo – mi comida favorita es, cagate de risa, el sánguche de mortadela – y a mí me dieron ganas de gritar ¡VIVA LA PATRIA CARAJO!

Íbamos hablando de comidas favoritas, de lo lindo que es que tu mamá te cocine esa comida que tanto te gusta, de cómo puede hasta levantarte el ánimo. Entonces se me dio por preguntarle y me contó, y la idea me pareció genial.

Y es que (en mi humilde opinión) es de lo más argentino, es la comida del obrero, ese que no tiene tiempo para llegar a la casa a comer, que tiene que quedarse hasta más tarde en la fábrica o en la construcción. La comida de la picada el domingo, después de jugar un partido largo o dos, cuando solo queda juntarse en el arco a putearse o conversar, a tomar una gasificada y comer un chegusán. Es la comida del estudiante del interior, de las madrugas de apuntes con jugo de naranja en polvo, de resúmenes con mate. Es el rescate a la salida del colegio o la cena del domingo con fiaca. Es tan nuestro, tan genial como mi amiga misma, que compartió su particular gusto por el sánguche de mortadela hasta convertirlo en su comida favorita, y me generó estas ganas de gritar lo que ahora escribo.

¡VIVA LA PATRIA CARAJO!