Estoy absoluta y completamente seguro, al mil por ciento, que a los golpes bajos los prefiero literarios. Me refiero a esas ocasiones en que el autor de la obra utiliza los artilugios, líricos y de composición, de una manera tan sutil, que nos entrapa en esa tela de araña de conexiones entre personajes y eventos, y nos transporta a una realidad paralela tan tangible así, que creemos es la nuestra propia. Entonces, al final de la obra, da el golpazo inesperado y sugestivo generando las más variadas reacciones. Sorpresa quizás, asombro a veces, miedo también, o por qué no alegría. Es así que estoy absoluta y completamente seguro, al mil por ciento, que a los golpes bajos los prefiero literarios. Prefiero enterarme, y sorprenderme a la vez, al descubrir que el lector de “Continuidad de los Parques”, de Cortazar, estaba leyendo una novela en la que se relataba su propia muerte, prefiero ese golpe bajo, estoy seguro, a recibir una patada en los huevos.
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