domingo, 3 de abril de 2016

Para una vida más simple absténgase de metáforas

– Hola.

– Hola.

– ¿Qué haces?

– Estoy leyendo algo en la computadora, un artículo muy interesante sobre los tipos de inteligencia, la lógica y la espacial. Supongo que yo podría considerarme que tengo una inteligencia que tiene que ver con el conocimiento de las cosas desde otro punto de vista, como una inteligencia metafórica. Pensaba en que al escribir, cuando estoy así como inspirado y no me andan dando vuelta por la cabeza los problemas de la casa y el trabajo, y claro no es domingo como hoy y no estoy medio melancólico, me salen las mejores ideas para metáforas. El problema es que por lo general las descarto porque siento que son naif, y que alguien que quiere entender y explicar el mundo con metáforas no puede pretender entender y explicar el mundo, porque esas son cosas más propias de las ciencias y de las inteligencias lógicas. Ahí es cuando me pregunto si de verdad tengo esa inteligencia metafórica, que hasta ahora el artículo no menciona, o si en verdad mi inteligencia es lógica. Me ayuda cuando estas ideas me ponen un poco triste, porque de esa tristeza, que suele ser propia de los días en que me pesan la casa y el trabajo, o de los domingos más melancólicos, de esa tristeza suelen salir ideas para metáforas que me gustan más. No creo que sea porque son mejores que las que hago cuando estoy más tranquilo, solo es porque siento que las metáforas tienen que salir de pensamientos impulsados por sentimientos, no de ideas mentales. Igual a veces descarto esas también, por no saber bien si las hice por los sentimientos que me abordaban en ese momento o porque, inconscientemente, me tendí una trampa a mí mismo, y me puse triste adrede, para escribir algo ese día.

– Ah claro.

– ¿Vos que haces?

– Nada, veo tele y me corto las uñas.

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