viernes, 15 de noviembre de 2013

XXI

Agotado
de ideas como gotas de agua agazapado.

Frustrado, desvalido de inspiración
lastimoso y mezquino de mí mismo.

Ofrendo lo último a la diosa de las doce
onírico pensamiento inunda la oscuridad.

– ¡Catarsis para todos los comensales!
– ¡Buenas noches!

jueves, 18 de julio de 2013

A qué le canta Cerati

Caminaba ayer por el centro de la ciudad, pasé por una librería y como todo adepto masoquista a mirar lo que no puedo comprar o no tendría tiempo de leer, entré a saciar esa curiosidad mórbida. Me fui a "de bolsillo, primero, y me di cuenta que mis bolsillos no son aptos al tamaño o al precio de estos libros (aunque no parezca no reniego del precio de los libros, me parece genial que un libro cueste lo que varias cervezas o la entrada de un domingo a la cancha, y que gente aun compre libros, aunque yo ande sin mandarines para hacerlo), caminé entonces por las estanterías, mirando nombre y tapas, y muy a mi pesar, a sabiendas de que no se juzga un libro por su tapa, siempre me detuve por aquellos en los que esa foto o dibujo, o colores en el frente, llamaban mi atención (si, lo admito, soy un simple mortal que se hipnotiza con las luces de colores, con las formas extrañas y los títulos y tapas de libros que no dicen nada) y encontré varios títulos interesantes que de momento no vienen al caso. Para no alargar la entrada y la historia les diré que, momentos antes de irme, y para mi suerte o mala suerte, di con un libro, bastante grande, intuyo caro porque no decía el precio, y con una tapa muy simple, sin título o al menos no lo vi, con la foto de este personaje tan querido ahí, visible e inmortal. Era un libro de Cerati, sin título y en la contratapa solo halagos de distintos diarios o críticos. Lo abrí para ojearlo, la curiosidad no cuenta aquí, era un libro de Cerati y eso bastaba, recorrí algunas páginas que recorrían la etapa Soda Stereo, y rápidamente empezaban con los discos solistas, de lecturas recortadas entendí que era el propio Cerati el que hablaba en las páginas, lo que me emocionó, al parecer era una recopilación de entrevistas y charlas con Gustavo. Así saltando rápido de hoja en hoja como quien ve fotografías (¿mencioné que estaba a punto de irme?) di con un capitulo que no tenía más de dos carillas, después descubrí que había varios de este tipo, el capítulo tenía de nombre "hoy ya no soy yo" título de uno de los temas del disco que realizo Gustavo junto con Merelo, leí algo de lo que decía, empezaba parecido a "nos gustó mucho a hacer este tema porque... ", y después creí leer "lo que dice la letra es..." (hoy no estoy tan seguro de esto último), entonces cerré el libro (ya mismo tenía que irme). Caminaba por el microcentro pensando en el libro, tal vez no todos saben la profunda admiración que siento por el trabajo que hacía y espero algún día vuelva a hacer Gustavo, me gusta su música, me gustan sus letras, en más de una oportunidad un tema de él inspiró una entrada en este blog, y hay un cuento en mi primer libro inspirado en el último tema del último disco que hizo hasta hoy (hablo de Fuerza Natural), y ahora estaba ahí, contando como hizo y que dicen esas letras, ¿cuál sería el problema?, hasta me causa gracia pensar que esta idea provoque una entrada en el blog (al que tengo descuidado, admito). Lo cierto es que, como todo aquel que se precie de escuchar música debería, suelo tomar muchos temas de Gustavo, su fuerza, su ritmo, sus letras, el total de la obra, y darle un significado propio, tal vez único, que de alguna manera representa mi ánimo, mi realidad, mis pensamientos, y ahora estaba ante la oportunidad de saber qué es lo que el artista, en sus propias palabras, quiso contar o transmitir. Esto no se trata de probar si acerté o no, si la percepción del mensaje que tengo es la correcta, se trata de perder, tal vez, esa idea tan cálida y tan fiel que tenés de ese tema que escuchaste, parece que siempre. Que te cuenten como se hace el truco no quita lo mágico me dirán, pero yo creo que es mentira, dejar de creer es un común del crecer, y cada vez que me toco crecer sentí esa pérdida. Perder la magia que estas canciones producen es peor que dejar de creer, es un golpazo de realidad innecesario, ¿quiero entonces saber a qué le canta Cerati?, ahí entendí un poco ese último apuro al salir, por qué cerré de golpe el libro, con el capítulo a medio leer, por qué ni siquiera pregunté el precio y tampoco sé el nombre, por qué estoy escribiendo ahora, cansado de tanta realidad, por mórbida curiosidad, prefiero quedarme con la magia. Tal vez vuelva a la librería, esta vez con mandarines cuidando mis bolsillos, tal vez hasta compre el libro, y tal vez, quien sabe, nunca lo lea.

sábado, 25 de mayo de 2013

Un round más

Y lo vi venir, después del uppercut, cuando golpeo su costilla derecha, y lo llevo, izquierda, izquierda, izquierda, Cacho me enseño así. Cuatro pasos hacia atrás me sacan de las cuerdas, me tenía amarrado ahí, no me daba ni un respiro el grandote, lo mido bien, izquierda derecha, arriba y abajo, “tu derecha es fulminante” me decía en ese entonces en el galpón del gimnasio, cuando todavía andaba en pañales, “vos llevalo a tu juego, acorralalo en el perfil que necesitas pero movete, rápido tene que movete, llevalo, acorralalo, y cuando lo tengas ahí, zas”, es verdad, Cacho, ahí lo tengo, ahora, zas, y... no, el muy maricón se hechó para atrás, la cagué Cacho, no era el momento justo, la cague, zas…

1

Lo vi, el tiro no parecía tan fuerte, pero me pegó de lleno, “sabe bociar el pendejo este”, ahora me doy cuenta Cacho, pero vo no te preocupé, ya lo tengo estudiado al junior, es fácil, tengo que entrar por la derecha, con ese movimiento que me enseñaste esa vez, después lo llevo para allá y…

2

3

He, pará árbitro, vas muy rápido hijo de puta, apenas si me estoy componiendo. Como vos me dijiste Cacho, ¿te acordás?, en el gimnasio cuando practicamos eso de la cuenta, de tomar aire despacito y aprovechar cada uno de los segundos, descansar los músculo, limpiar la cabeza, ¿limpiar la cabeza, Cacho?, ¿qué es eso?, que me tranquilice, que me espabile, que si estoy aturdido y no oigo nada le mire los dedos al árbitro, que no me apure “cálmate que tené tiempo, la gente quiere ver siempre un round más, así que el rayado te va a aguantar, vos tranquilo chino, si te dijera que hasta te ayudaría a pararte el árbitro, si pudiera, yo sé lo que te digo, vo tranquilo”, me acuerdo de esa vez, y como me sirve ahora, Cacho…

4

No escucho un pomo. seguro lo notaste, desde el rincón, no dejo de mirarlo, fijo al rayado. Y es que no escucho, no escucho nada, o es más bien, no sé, como un ruidito, que me zumba en los dos oídos, son como los mosquitos del gimnasio, la cabeza se mi hizo un lío, Cacho, y ya ni sé lo que escucho. Es como un camión, cuando te pasa bien cerquita y te tiembla todo el cuerpo, pero esto no se me pasa, y sigue y sigue y sigue, y no me puedo componer tampoco, no entiendo que me pasa…

5

Tampoco lo veo bien ahora al rayado éste, le distingo la mano abierta, que es lo único que le miro, y por eso sé en qué número vamo, pero... ¿será que ya no me voy a levantar, Cacho?, si estoy lleno de fuerzas, si estoy lleno de vida, si apenas soy un pendejo, casi tan chico como éste que me voltió, si ni siquiera me pegó tan fuerte, ¿Cacho?…

6

Donde andas Cacho… ¿esa que no era mi esquina?, ¿dónde estás Cacho?, y quien es ese que me mira, si esa era mi esquina, no tendrías que estar vos ahí, Cacho, ¿quién es ese? ¿por qué me mira así?, tiene la cara dura, no sé, como con una máscara de piedra, ¿Cacho, que pasó viejo?, y ese hijo de puta que me mira ¿se está riendo?, “de que te reí, hijo de puta. Cuando me pare te voy a partir la cara de una piña vas a ver”. Y se ríe noma, ¿que se cree?, “ya te quiero ver yo aquí, pelotudo”, aunque no lo escuche sé que se ríe, y no cambia la cara, como de piedra, tiene la cara endurecida y se ríe, ¿Cacho quién es ese?…

7

“Árbitro pare, deje de contar che, que no ve que mi entrenador no está” ¿cuánto va? ¿cuantos dedos tiene ahí?, ¡eh pará! ¿qué pasa aquí? ¿Cacho dónde estás?, Cacho, el árbitro también tiene la cara dura, como el de la esquina ¿Cacho que pasa? Todos, todos tienen la cara dura, como de piedra, como con máscaras de piedra y se ríen ¿qué es esto, Cacho, que es esto? Todos igual a ese hijo de puta que me robo mi esquina, todo el público, el junior también, todos todos iguales, todos con la cara de piedra y sonriendo, y todos me miran a mí ¿qué me miran? “¿qué mierda me miran?”. Cacho me decía, él me decía “no entré en pánico chino, cálmate, respira profundo, limpia la mente. Vos sabes que yo voy a estar ahí para ayudarte, en lo que sea” así me decía, si, así me decía, pero no está ¿qué es esto, Cacho? ¿quiénes son estos?, ¿dónde estás Cacho?…

8

Me tengo que parar, “me voy a levantar y les voy a moler la cara a golpes a todos ustedes, y hasta que me digan, no no, hasta que me digas donde esta Cacho no te voy a soltar a vos hijo de puta, a vos el de la esquina”, para ahí voy, solo que… ¿y ahora que pasa?, ¿Cacho dónde estás?, ahora no me puedo mover, ¿qué es esto? Alguien, hay alguien que me está agarrando, de los brazos, de las piernas, estos negros hijos de puta, eh ¿quiénes son ustedes? ¿qué quieren?, sueltemén, ¿Cacho, quienes son estos?, estos son negros, son como una sombra pero transparente, una sola sombra, sin cara, sin cabeza, sin cuerpo o no sé, pero no me sueltan, estos son más fuertes que yo Cacho, dejemén, yo no les hice nada, a ninguno a nadie, y de que se ríen estos cara de piedra “de que se ríen ustedes pelotudos”, ¿qué me pasa? ¿Cacho por qué me pasa todo esto?…

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No no, ya se termina, sueltemén, sueltemén hijos de puta me quiero parar, quiero seguir peleando, soy joven, soy bociador, larguen ya, sueltemén, quiero vivir, morir de viejo ¿quiénes son ustedes? ¿por qué no me sueltan?, ya se termina y voy a perder y es todo por su culpa. Yo podría haber peleado un round más, como la gente quiere, “¿que ya no me quieren ver pelear?” a ustedes les digo hijos de puta “¿disfrutan de esto, disfrutan de verme así?” ¿de qué se ríen? con la cara dura, como piedra ¿de qué se ríen? ¿quiénes son estos que me tienen así?, que me detienen ¿quiénes son?, sueltemén, larguen, dejemén, Cacho ayudame, ¿dónde estás?, Cacho me dijiste que ibas a estar aquí ¿Cacho dónde estás? Cacho volvé. dejemén, no quiero bajar, quiero volver, quiero levantarme y subir, ¿Cacho por qué me pasa esto?, no no, dejemén, por favor dejemén, no, ¿Cacho dónde estás?, no dejemén, dejemén…

10

¡Bing!

* del libro Algunas notas sobre las reuniones del club de ideadores taciturnos

sábado, 13 de abril de 2013

Coincidencias

Me subo al bondi en busca de coincidencias.

Y si las encuentro
me voy a hacer el boludo
voy a fingir que me sorprendo
que no sabía que venían
que no las estaba buscando.

Y si te encuentro
voy a fingir que no estaba buscando que coincidas conmigo
en un día y en un horario
en tarde de lluvia, de ciudad vacía
en jueves feriado
en parada de la plaza Urquiza y baldosa floja que nos moja a los dos
en la misma inocente puteada.

Voy a fingir que no esperaba esta coincidencia
ni las muchas más que nos esperan coincidir.

jueves, 28 de marzo de 2013

Ni por casualidad

Y que decirte hoy, si te veo. Filosofar sobre que el tiempo es implacable, que es un verdugo y que bla bla bla, cuando solo me sale que me veo más viejo y me siento aun peor, “pero si no pasó tanto tiempo”, no pasó el suficiente. Que te recuerdo tan nítida como el día después, aunque a veces necesite una foto tuya para encontrar de nuevo ese lunar tan lindo que tenías ¿a la derecha o a la izquierda? Que todavía uso la marca de shampu que me recomendaste y mis risos aún no se definen bien. Que no hice la maldita dieta, por bronca quizás, bueno, para serte sincero, trate y deje y trate y deje. Que en estos últimos meses me enrede en líos de política, de religión y de futbol, pero aún sigo sin hablar sobre todo eso en la mesa. Qué jueves es baile, viernes es bar, sábado es cine y domingo lo que sea, mate parque cancha asado cerro calle azar lo que sea, y aún sigo sin cruzarte, ni por casualidad.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Una simple acción poética

Conversaba con un amigo sobre esos carteles en negro sobre una pared blanca que por estos días inundan la ciudad. Quienes viven en Tucumán o en otro lugar donde se realiza esta movida sabrán que me refiero a Acción Poética Tucumán. Mi opinión personal al respecto es bastante simple, me gusta mucho. Me gusta que el mensaje sea sencillo y directo, me gusta que sea romántico, me gusta que este plasmado así en letras negras sobre un fondo blanco, como una hoja rayada por una pluma de las de antes. Al respecto de su simpleza y mensaje hablaba con este amigo y su novia, ella contaba que iban un día en moto y vieron a unos 3 o 4 chicos en una esquina, pintando todo de blanco una pared, pasaron volando así que no supieron más sobre lo que ahí sucedía, ella supuso que eran los chicos de Acción Poética Tucumán, justamente en acción, él estaba un poco escéptico. La descripción de la escena hablaba sobre unos muchachos y muchachas en mamelucos amarillos de esos brillantes, que tenían la cabeza tapada con una gorra y tenían máscaras. Me resultaba demasiado complicado, pero con sentido, insistí a mi amigo que, ya que el mensaje que ellos transmitían era más bien simple, entonces ellos tenían que ser complejos para alcanzar algún equilibrio. Mi amigo rio pero acepto la hipótesis como bastante valida. Se me ocurre, por el modus operandi de estos pinta paredes (moverse en la noche, transmitir un mensaje y dejar una firma) que bien podrían constituir un partido político, o un movimiento social, o un grupo de acción con planes un poco mayores a solo poesía en paredes. No me extrañaría encontrar una boleta en las próximas elecciones diciendo “por un mañana de alegrías el presente nos llama” y un poco más abajo fulanito de tales concejal o diputado o senador o lo que fuere. Si me detengo un momento a pensarlo hasta me parece una buena idea, después de todo, cuántos de los nuevos votantes (esos nenes habilitados por ley desde los 16 años para participar en elecciones) no se sorprenderían al ver una boleta todo de blanco con letras negras y un pequeño poema, y creo que hasta los votaría. Por último pensaba en que muchas de las preguntas y teorías que armo en torno a estos accionistas están basadas en la mera suposición e imaginación, entonces, porque no ir a la fuente, salir un viernes a la noche en mi moto, vestido con un sobretodo marrón y un gorro acorde al atuendo de los clásicos investigadores privados, seguir pistas como direcciones falsas, chismes y dichos a media voz, encontrar algún poema y ver si la pintura está fresca, buscar huellas y seguirlas, todo eso que hace a un buen policial, dar con ellos después de una serie de aventuras y romances con mujeres, y ya frente a su líder, ya inserto en aquel grupo… no sé, preguntarle de dónde sacan las frases, o quien les provee la pintura o nada, no se me ocurre qué indagar sobre esta forma de cultura, de arte, que es tan simple y que a su vez la se hace bella, y tan fugaz como el tiempo. Supongo que lo mejor será no terminar con el misterio y dejar que esas frases nos hagan suspirar y votarlos, si se presentan para alguna candidatura.

martes, 5 de febrero de 2013

Decirse bien

Decirse bien es decirse que si hoy no estudie, porque me invadió la melancolía-cansancio-tristeza que nos invade a todos a veces, mañana estudiaré el doble. Decirse bien es decirse que hoy solo te extrañé todo el día y no me importa que tus últimas palabras fueran "no te quiero", porque mañana te extrañaré la mitad, y pasado la mitad de la mitad y así durante toda la semana, "no te quiero", "no te qui...", "no te...", "no". Decirse bien es decirse que no perdí la mitad de mi vida sin rumbo, que solo estaba preparando mi espíritu para lo que vendría, lo mejor está por venir. Decirse bien es decirse que no importa si apenas duermo 5 horas, si aun así el tiempo no me alcanza para cumplir con todos y para hacer todo lo que quiero en un día-semana-mes, porque desde mañana empezare a dormir 4 horas y el tiempo, aun sin alcanzarme, dejará de ser un problema, porque ya no tendré tiempo de pensar en el tiempo. Decirse bien es decirse que finalmente tengo todo en orden, la casa, la carrera, el trabajo, la familia, la gata, la mente, si la mente. Decirse bien es decirse que finalmente tengo la mente en orden, decirse, decirlo, escribirlo en un blog, cantarlo, contarlo y que te crean, decirse bien y que te crean, como siempre y desde siempre, la procesión va por dentro.

viernes, 1 de febrero de 2013

Ser feliz pa fuera

A alguien le dije: "tengo miedo, tengo miedo de estar solo, de no cumplir con mis metas, de no alcanzar esos anhelos que de pendejo sueño con concretar, la casa el auto el perro el gato y, por sobre todo lo otro, el hijo" mirándome la cara de boludo triste me contesta "boludo, todos tenemos esos mismos miedos, solo que vos los exteriorizas, lo que aleja a los demás de vos y encima te hace ver como un inmaduro". Aquí me detengo, porque todo esto me hace pensar y reflexionar, tardé mucho tiempo en aceptar las particularidades de mi propia personalidad, y la gente creo que tardo en acostumbrarse que a veces soy así y listo, pero las palabras de mi amigo me hacen pensar que tal vez ese ser vos mismo o ser como sos no esté ayudando a este ser a relacionarse normalmente con sus semejantes, dícese mujeres dícese camaradas. Esto de ser como soy y mostrarme tan vulnerable siempre me trae reflexionando por días, cuando siempre pensé, yo soy así, que me acepten o me rechacen en cualquier caso no quiero cambiar, bueno, hoy me tiene en un divago de conexiones con momentos y lugares en busca de los motivos maléficos que me hacen, hoy, ser tan así ¿cuándo perdí la seguridad? y si nunca la tuve ¿cuándo dejé de saber mentir? Tal vez sean solo las palabras de mi amigo, tal vez sea que me estoy endureciendo, lo cierto es que cada vez quiero menos tener un hombro para llorar que poder ver una película graciosa con amigos. Abandono la honestidad brutal de la que tanto alarde hice siempre, ahora nadie va a verme mal, la procesión vuelve donde nunca tuvo que dejar de estar, y este ser pasa a ser feliz pa fuera y un caos pa adentro, pero solo sabiéndolo él.

domingo, 20 de enero de 2013

Adiós

Te digo adiós, pero no te digo adiós a vos que sos una parte de mi vida (aunque me pese a veces, aunque no quiera a veces). Y es que quería de vos aquello que quería para mí, para mi vida que está llena de adioses peores que este. Y no quería, no, que fueras un adiós. Pero me despido, no de vos que planeas verme el sábado a la noche (solo si podés y si querés y no se diga más), que planeas peinarte dejándote ese flequillo suelto que te tapa la frente, que planeas fruncir el ceño cuando trate de explicarte por qué no me entiendo a veces, que planeas acercarte y morderme el cachete, o tal vez no planeas nada, porque tal vez no te vea, porque tal vez esa noche no sea mi ansiada noche, la de los dos. Así es que me despido de la idea de verte cuando quiera verte, me despido de la idea de tenerte a mi lado siempre, me despido de quererte en mi vida, de estar pensándote durante todo el día. Te digo adiós pero no a vos, porque tal vez sí nos veamos, no este sábado ni este domingo, no esta semana o este mes, tal vez nos veamos con el pasar del año, y disfrutemos de la mutua compañía, de la calentura que acompaña al sexo y después al pudor, y después a unos mates y más charla como al comienzo, y saco la moto y me voy, y el cuándo nos volvemos a ver no tendrá respuesta. Entonces diré otro adiós pero no a vos, porque tal vez te vea cuando apremie la necesidad de un abrazo, de una broma tonta al oído, de un mate pero con azúcar, no con chuker. Le digo adiós al fin, adiós a este misterio, así, de esta manera y desde aquí, le digo adiós a este sentimiento, a estas ganas de quererte siempre, de quererte más. Le digo adiós al futuro que se me ocurre podríamos tener, a las peleas que van a surgir, a los momentos gratos juntos, con amigos, solos con nosotros, como novios como amantes como enamorados, le digo adiós a todo eso que quiero con vos, pero me quedo con vos. Me quedo con lo que podemos tener, solo ratos lindos de mate y charla, de juegos, con lo que podemos tener, solo una caricia y un beso y saco la moto y adiós, adiós al sentimiento, adiós corazón adiós.

sábado, 12 de enero de 2013

La amplitud de la horas

En charla de borrachos la realidad se distorsiona, o eso que entendemos por realidad, y cada cual expone una verdad absoluta. Como que la cerveza macha y el vino no da resaca, que machao y niño no mienten, que a la altura uno se apuna y eso lo pone triste, es la “distimia”, dirán doctores igual de borrachos, que sos mi amigo y te quiero como a un hermano, que no fue offside, y si no me crees te podés ir a la puta que te parió. A veces se concuerda, a veces no.

– Para mí se mide como las cuadras, si contás diez tenés un kilómetro – decía con elocuencia de profesor – entonces medís cuanto te llevo, no contar hasta diez ¡estúpido!, sino llegar hasta allá, corriendo o caminando, ahí tenés, es tan grande como diez cuadras a pie o diez cuadras en moto, ahí sería más chico, entonces tenés tiempos grandes y chiquitos – sorbía un vaso más mientras armaba la idea – si decís “voy en un ratito” ¿es un ratito en bici o en colectivo? Porque si vas en bici podés cortar camino por las villas, aunque te pueden chorear, o si decís “me voy a tardar un rato más” qué, ¿te chorearon y venís caminando? – sorbía otro trago. La discusión llevaba horas y lo tenía un poco mareado, al fin se sentó.

– Mirá mirá… ya lo tengo – decía el compañero ocasional de esa noche – es tan chiquito o tan grande como esto – y hacía ademanes con las manos y los dedos – todo depende del ojo con que se mire, ya sea el derecho o el otro, vos me entendés verdad. Como que si vas por la sombra, callao y sin molestar a nadie, llegas más rápido, en cambio si vas por el sol, haciéndote ver, y resulta que sos un reverendo hijo de puta, entonces demoras más y encima transpiras como un condenao, y ahí te das cuenta que pasa despacito despacito despacito. Mientras más despacito, más grande. Y cuando finalmente llegás lo único que tenés para contar son puros quilombos, pero mientras más contás más chiquito se hace – entonces titubeó, algo no encajaba en la teoría. Meditaba distante mientras se servía un poco más – ¡ya está! son tiempos buenos o tiempos malos, según el ojo con que uno lo mire, ya sea el derecho o el otro – concluyó magistral. Él también se sentó y esperó el contra alegato, así la charla duró horas sin llegar a un acuerdo.

En charla de borracho las horas son más amplias a pie, de vereda en vereda en vaivén. Así se tarda más en llegar y a la llegada no hay mucho que contar. Son tiempos malos dirán los que lo ven de afuera, aunque ellos festejan, ríen y se dicen estar contentos, y, como ya se sabe, machao y niño no mienten.