Ya vencido, en mi lecho de muerte, con las ultimas energías para pensar apenas, y un dolor agudo, que creo, no cesará más, en mi mente solo están ellos. Todos los doctores, todos los curanderos y chamanes, los clérigos, todos, todos los que trataron de rescatarme de este derrotero y no pudieron, ellos. Y si los tuviera aquí en frente ahora, y si acaso pudiera hablarles, les diría "gané. Les gané putos. No pudieron hacer nada por mí, les gané".
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