viernes, 21 de enero de 2011

Menos siesta para mí

No me gusta dormir siesta, critico a la gente que lo hace. El argumento es simple, hay tanto que podemos hacer es ese espacio entre la comida y la cena, además de tomar la merienda claro, visitar a un amigo, ver una película, leer un libro (un capitulo o dos o todo el libro), escribir para el blog, llamar por teléfono para despertar a los que duermen siesta, jugar un juego de mesa, hacer algún deporte (aunque las temperaturas tucumanas no dan muchas opciones), ordenar o desordenar la casa, estudiar (si estudiar), etc… en fin de cuentas, tanto por hacer en esas dulces horas de la siesta (creo que soy un ser más diurno que nocturno) que dormir queda como última opción en mi lista y tachado. A los amigos que no visito hace mucho les advierto, me voy a dar una vueltita a la siesta.

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