jueves, 20 de enero de 2011

Hacer la diferencia

¿Por qué todo el tiempo tenemos que hacer la diferencia?, qué tiene de malo sentarse a ver una película una tarde, perder el tiempo viendo capítulos archirrepetidos de los Simpson. En esas tardes del más puro ocio me parece que estoy dejando de lado ese suceso inesperado que puede cambiar mi vida para siempre. Ideas como salir a la calle y conocer el amor de mi vida, idear el cuento perfecto, el mejor fragmento de mi novela interminable, aprender eso que voy a necesitar siempre. Siento que dejo de producir al mundo, de cultivarme, de conocer grandes posibles amistades. Me cuesta, a veces, darme ese rato de ocio, aunque no tenga nada de malo, aunque a veces el cuerpo y la mente lo piden a gritos. Quiero escapar de mi persona y disfrutar de esos momentos en standby, sin pensar en la próxima tarea a realizar, algo tan fácil como dejar de escribir ahora…

No hay comentarios:

Publicar un comentario