Se llama Gaby. Un día, en una conversación, me contó que en cualquier lugar donde se pare en la plaza siempre aparecen palomas. La idea me pareció fantástica y se la pedí para hacer este cuento. Desde el día en que me contó esto empecé a llamarla PALOMA. Le dije "¿te puedo decir PALOMA?" y me contesto "vos decime como quieras, de ahí a que me de vuelta y te conteste". Sos una gran mujercita Paloma y este cuento es tuyo, yo solo me encargo de escribirlo, este cuento te pertenece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario