viernes, 22 de enero de 2021

Soy un licenciado

Tengo licencia para quererte, de la manera que mejor me sale. Tóxica dirán algunos, romántica dirán otros, otros como yo. Licencia de pensarte todo el día, cuando no te veo y no sé de vos, de extrañarte con fuerza, con rabia. De querer saber a dónde estás y con quien, a qué hora volvés y por qué tan tarde. De exigirte que me cuentes todo, lo que pensás, lo que soñás, lo que no puedo saber. De que me quieras como yo te quiero, como yo quiero que me quieras, de la manera correcta, sin licencias, como se debe.

Y tengo licencia para mandarte a la mierda. En esos momentos de escape, de libertades que prohíbo. Cuando estas más para vos que para mí, cuando tus prioridades cambian por unas que no son mis prioridades, cuando das señales de emanciparte. Tengo licencia para para combatir tus licencias. Pelear mi lugar en tu vida, devolverte a donde perteneces, enseñarte lo que el respeto significa. Y si todo esto falla e insistes en dejarme partir, tengo licencia para mandarte a la mierda. Recordarte la basura humana, el miserable remedo de persona, lo poco o nada que vales. Y que te marches sabiéndote nadie, a un lugar peor, perdiendo todo lo que eras y pudiste ser a mi lado.

Tengo licencia para sufrirte. Porque te encuentro culpable de todo lo que me pasa, porque nada de esto habría pasado de no ser por tu salida, por tu cambio. Y tengo licencia, que no es obsesión, para saber lo que haces y con quien lo haces, ahora que no estás conmigo, para pedirte oportunidades o exigiste explicaciones, para estar presente aunque me alejes, para seguir siendo parte de tu vida, aun sin tu consentimiento. Tengo licencia para ser lo que necesitás, lo que querés, lo que tendrías que querer, lo que nunca debiste dejar, a lo que vas a volver tarde o temprano, cuando quiera que vuelvas, ese soy, esa licencia me doy.

Y tengo una perimetral, que no es una licencia, es todo lo contrario, es una prohibición. Una orden dictada por un juez que no entiende que lo nuestro escapa a la razón, una orden que no voy cumplir porque sé que en el fondo eso es lo que esperas de mí, una orden que no va a tener ningún valor cuando vuelva a encontrarte, cuando vuelva a verte, cuando volvamos a estar juntos, licenciados de esta vida que nos separa, en algún lugar desconocido.

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