viernes, 4 de febrero de 2011

Los buenos amigos odian

Los buenos amigos odian por vos. Es que a veces uno no puede hacerlo, por más que lo quiera, por más que esa persona malvada, vil y cruel, lo merezca. O podría no ser una persona malvada, vil y cruel, solo un desencuentro amoroso, un errado incorregible o un inocente equivocado. Su identidad no es importante, el crimen que cometió hacia vos tal vez tampoco lo sea. Pero a veces hace falta esa terapia del odio. El poder putear y reputear aunque sea al aire. Descargar la bronca con un TE ODIO POR QUE SOS UN/A HIJO/A DE PUTA Y TE PODÉS IR BIEN A LA MIERDA VOS Y TUS… y así lo que salga de más adentro. Odiar, detestar, aborrecer, sacarse su recuerdo y el mal trago que te hizo pasar con un sentimiento tan transparente como el odio. Que va dirigido, que no distingue sexo o edad, que no pregunta el por qué, solo odia. Y que pasa cuando no podes, cuando es más lo bueno que lo malo, cuando parece que no se lo merece como todos piensan, cuando simplemente no sos así. Ahí están los amigos, fieles compañeros de la vida, odiadores por naturaleza. Ellos son capaces de ver el error del otro, de maximizarlo al grado de un crimen mortal, de reflexionar cuanto se merecen padecer el doble o el triple que vos, de ignorar tus propios errores con un “pero vos al menos no hiciste esto” o cosas así. Son de lo peor, por eso son buenos amigos. Gracias amigos por su odio tan útil, siempre que me necesiten voy a estar ahí para odiar por ustedes también.

No hay comentarios:

Publicar un comentario