sábado, 19 de febrero de 2011

Distracciones

Creo que a todos nos pasa a veces que un mal recuerdo, o un pensamiento de mierda, nos tumba el ánimo. Al punto en que ni siquiera la lluvia de buenas nuevas, que puedan inundar tu vida, logran levantarte. Son esos días de profundo bajón, irrecuperable, insoportable. Es uno de esos estados anímicos de los que solo se vuelvo con el tiempo, no con la reflexión ni la indiferencia, hay heridas que solo las cura el tiempo. Creo que todos a veces necesitamos de esas distracciones que nos ayuden a olvidar, un rato al menos, eso que nos presiona el pecho. Salidas, chat, juntadas, todo se vale si lo que quieres es abandonar un estado de ánimo de mierda, depresivo e insoluble, y, por lo menos algunas horas, olvidar los problemas, zafar. Ojalá siempre tenga una distracción que me rescate en días pesimistas, ojalá no tenga más días como este.

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