– …la mamá está haciendo los tramites de la jubilación, esta mañana la acompañé al banco y después al Anses a presentar unos papeles, yo me volví para poder llamarte, es más o menos el mismo lio que tuvimos que hacer con vos.
– Nah, yo fui con la mamá cuando le dimos de alta, ahí dan un montón de vueltas para entregarte una constancia y no te dicen a donde tenés que ir después. ¿y cómo se porta Gutiérrez?
– Ese gato de mierda, la semana que te llevamos no paraba de maullar, toda la noche meau meau, hasta se quejaron los vecinos. Me tuve que pasar a tu pieza a dormir ahí para que se calle, no lo podía traer a la mía porque es más chica y no entramos.
– Pobrecito el Señor Gutiérrez, lo extraño una banda sabés, bah a vos también, a la mamá y a Ramiro, quiero volver a la casa, estoy cansada de estar aquí, nos dejan salir solo un rato a la tarde, no conozco a nadie para conversar y por las pastillas que me dan quedo medio boba.
– Que embole hermana, pero vos concentrate en ponerte bien así te dejen volver, aquí todos te esperamos. Es más, el otro día vino Ramiro a pasar la tarde, me confundió con vos y casi me saluda con un beso en la boca, es que estaba usando la polera rosa esa que era tuya, es más, me probé varias camperitas y jeans que tenés en el armario, ¿podes creer que me quedan? Debo haber bajado unos tres kilos.
– ¿Y qué te dijo Ramiro?
– Nada, lo de siempre, te manda saludos y espera que te mejores, era que iba a pasar un rato a la tarde, pero al final se quedó a comer, la mamá abrió uno de esos vinos caros que tenía el papá en la vinoteca, esos que no abre ni cuando cumplimos años, yo cociné unos fideos con salsa y estuvimos hasta las doce más o menos en la mesa, ese Ramiro cuando empieza a hablar cagadas no lo podés parar, la mamá lloraba de la risa, después ella se fue a dormir, Ramiro se debe haber quedado hasta las cuatro de la mañana, no sé cómo habrá hecho levantarse a trabajar ese día.
– Que bueno que no estén tristes.
– Si estamos, cada uno se va adaptando como puede ahora que no estás en la casa. La mamá el otro día… – la videollamada comienza a entrecortarse, la imagen se queda estática por momentos, después se pone todo en negro – … y yo le decía que no se ponga así, que vos sos fuerte y vas a salir porque…
– ¿Quién sos vos?
– ¿Qué?, uh vos con tus bromas, se me corto recién un poquito a mí, pero pensaba que vos me seguías escuchando.
– ¿Quién mierda sos vos?
– Julieta soy tu hermana, Laura, no hagas esas bromas que después no te van a dejar salir de ahí.
– Vos no sos mi hermana.
– Julieta soy tu hermana.
– No, mi hermana tiene el pelo negro, tiene otro color de ojos, es parecida a mí, somos mellizas, vos tenés puesta la misma ropa que ella, pero no sos mi hermana.
– Julieta soy tu hermana, dejá de boludear.
– No, no sos mi hermana.
– Julieta soy tu hermana, a ver, preguntame algo.
– ¿Cuándo es nuestro cum…?
– El 5 de octubre.
– ¿Cuál es el segundo nombre de la mamá?
– Raquel, pero no le gusta así que no le cuentes al doctor.
– No no, no puede ser… ¿Cuándo lo compramos a Gutiérrez?
– No lo compramos, vos lo encontraste en la vereda un día cuando volvíamos del colegio, ¿Julieta estas bien?
– No no no, no, no, vos no sos mi hermana.
– Julieta basta, soy tu hermana.
– No, vos no sos mi hermana – se golpea la cabeza con una mano – vos no sos mi hermana, ¿porque estás haciendo esto?, vos no sos mi hermana – de espaldas a la pantalla comienza a golpear la puerta de entrada al salón audiovisual – ¡doctor, doctor! – el doctor y dos enfermeros entran.
– ¿Julieta estas bien?, Julieta.
– ¿Laura? – vuelve a mirar la pantalla – Laura sos vos, ¿Quién era la otra chica?, recién no estabas vos, estaba una de pelo rojo, tenía puesta tu ropa, pero no eras vos, ¿quién era la otra chica? – comienza a sacudir la pantalla con ambas manos – Laura ¿quién era la otra chica?
– Doctor, doctor ¿qué le pasa?
– Está teniendo un episodio, le vamos a poner un calmante para que se tranquilice.
– ¿Quién era la otra chica?, ¡Laura!... ¡Laura, ¿quién era la otra chica?!
– Ay no, ¿cómo es eso de un episodio, va a estar bien?
– Si, ahí los enfermeros la llevan a su pieza, ya nos hacemos cargo nosotros, lamento que haya tenido que ver todo esto.
– No, no se preocupe doctor, yo solo quiero que mi hermana se mejore.
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