miércoles, 8 de junio de 2022

A Marcos le gusta coger escuchando Rock and Roll

– Jodeme Adriana.

– Te juro, está así, no sé qué le pasa.

– ¿Pero desde cuando hace eso?

– Desde el año pasado cuando volvimos de Qatar está así, antes ponía música y bajaba las luces cuando me buscaba, pero ahora es distinto.

– Ah, no es la gran cosa entonces, ya era así antes.

– Pero es distinto, no sé cómo explicarte, pone la música al palo y, ponele que está sonando Highway to Hell, me da vuelta y… te juro que me coge al ritmo de la canción.

– ¿Cuál es esa?

– Esa que el vago canta y se escucha una guitarra que viene y va… en las películas se la usa mucho… la que la letra dice “I'm on the highway to hell, On the highway to hell”.

– Si, ya sé cuál es, pero no me parece la gran cosa, ¿antes no escuchaba esa banda?

– No sé, nunca me fijé si escuchaba eso, capaz que cuando entrena con los amigos del club escucha, pero desde que volvimos de las vacaciones que está así.

– Hablando de eso, ¿cuándo se van?, a ver, mostrame qué compraste.

– La semana que viene, ya tenemos confirmada la reserva y todo. Mirá, me compré este top para la playa, mi hermana fue con el marido el año pasado, dice que ahí se usa un montón.

– ¿Y ese? No te sonrojés tonta.

– Es para Marcos, ¿te gusta? Lo voy a sorprender con esto la primera noche…


Adriana entra en la oficina de Marcos que le hace una seña para que haga silencio.

– Listo Raúl, lo charlamos con la gente de VialTech la semana que viene, justo vino alguien a la oficina, te mando un abrazo.

– La secretaria de Marcos termina de anotar algo en un cuaderno y se dirige hacia la puerta.

– Adriana, ¿cómo te va? – saluda al pasar.

– Hola – responde Adriana sin mirarla.

– Hola amor, ¿íbamos a comer juntos hoy?, te juro que no sé dónde tengo la cabeza.

– ¿Por qué estaban con la puerta cerrada?

– ¿Qué?, estaba en una call Adriana, con gente de Buenos Aires, no se escucha nada con el quilombo que es la oficina, no empecés por favor, ¿a qué viniste?

– Te quería avisar que ya nos confirmaron las reservas del hotel…

– Obvio, si les pagamos hace como dos meses – Marcos comienza a ver algo en la pantalla de la computadora.

– Si, pero, ya sé cuál es la habitación que vamos a tener, es una que tiene vista, me dijeron…

– Adriana, me podías mandar todo eso por mensaje, ¿para qué viniste? – contesta sin dejar de mirar la pantalla.

– Nada, andaba por el centro y te compré un pantalón, te lo tenés que probar ahora porque solo tengo hasta mañana para cambiarlo.

– A ver – Marcos recibe la bolsa de cartón – conozco esta casa, me lo pruebo en un rato y cualquier cosa mando a Gabriela a cambiarlo.

– Mejor ahora, para estar seguros – Adriana camina hacia la puerta de la oficina y la cierra, ve a Gabriela de reojo mirando en su dirección.

– ¿Qué haces, por qué cerraste?, no tengo tiempo de probármelo ahora, lo veo más tarde – Adriana se queda mirando a Marcos, que sigue metido en la computadora, hasta que nota el silencio – ¿Qué pasa Adriana?

– Nada, que no me das bola Marcos, eso pasa, que me vine para acá para darte un regalo y vos estas con eso y no tenés ni dos minutos… – Adriana solloza al final y baja la cabeza.

Marcos se acerca, la toma de las manos y busca verla a los ojos, esboza una pequeña sonrisa y después la abraza.

– Disculpame amor, es que estoy a full con la gente está de VialTech y quiero dejar todo listo antes de que viajemos. Disculpame sí, yo estoy todo con la cabeza en el laburo y bueno, vos te apareciste sin avisarme y no me diste tiempo de cambiar el chip, no te quise ignorar pero…

– Esta bien, no importa, soy una tonta.

– No, sí importa, nosotros dos somos un equipo – vuelva a mirarla a los ojos – vos y yo, juntos, mirá todo lo que logramos, nos vamos de viaje fuera del país, Ramiro es abanderado, vos estás hermosa, todo eso lo pudimos hacer porque estamos juntos amor. Sabes qué, me pruebo el pantalón ahora así te quedás tranquila – busca la bolsa en el escritorio y comienza a cambiarse – y esta noche salgamos a comer, donde vos quieras, vuelvo a la casa, me pego un duchazo rápido y nos vamos.

– ¿Te gusta el color?, no podemos salir, no vamos a dejar solo a Ramiro.

– Esta bueno el color, y me anda justo, está lindo el regalo amor. A Ramiro le di permiso de que vaya a la casa de uno de los chicos del club, no le sé bien el nombre, creo que se llama Martín.

– ¿Cuándo te pidió permiso? Yo ya le había dicho que no vaya a esa joda, son chicos más grandes, no me gusta que se junte con ellos.

– No son tan grandes, yo también era el más chico en las juntadas del club, así se va a hacer hombre – vuelve a ponerse los pantalanes que tenía primero.

– No Marcos, no está bien que vaya, encima va a estar la hermana más chica de Iván, no sé qué hace esa pendeja metida entre todos los varones.

– Y… por algo va Adriana, vos que esperás, dejalo que disfrute a Ramiro, que se divierta con los amigos, ya va a sentar cabeza y va a trabajar aquí con el padre.

– No, esos chicos no me gustan, lo voy a llamar para decirle que venga derecho del colegio a la casa.

– Pero, la puta madre – Marcos le quita el celular y corta la llamada – me rompo el orto todos los días trabajando aquí y no puedo decidir a donde voy a salir de vacaciones, a donde mandar a mi hijo, ni los putos pantalones que puedo usar – le dice mientras golpea contra la pared los pantalones que le regaló Adriana.

– Disculpá Marcos, no quise hacer eso, es que a mi… – la voz de Adriana se corta, Marcos le devuelve el teléfono.

– Andate Adriana, lo hablamos a la noche en la casa, déjame seguir trabajando – Marcos camina en dirección a un mueble con un equipo de música, no se voltea a verla.

Adriana sale de la oficina y se queda parada en la puerta, escucha música adentro pero no reconoce cual es el tema. Suena el teléfono en el escritorio de Gabriela, ella atiende y después se acerca a Adriana.

– ¿Estás bien? – Adriana no contesta, solo afirma con la cabeza mientras se aprieta la frente y después la nuca con una mano – ¿me dejás pasar?, justo Marcos me está llamando. 

Adriana avanza hacia la salida, ve el teléfono descolgado en el escritorio de Gabriela y ahora sí reconoce el tema que suena en la oficina de Marcos. Adriana canta el estribillo “I'm on the highway to hell, On the highway to hell” todo el camino de regreso a su casa.

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