jueves, 25 de febrero de 2021

Trilogía del azar: la maquinita

Dale, otra vez, en esta sale, no te quedés, si te quedés vas a perder, dale, no seas cagón, ¿qué te cagás?, este juego no es para cagones, una más, en la que sigue sale, dale, dale no te quedés, hace un rato hiciste el doble de eso, ¿qué, ahora te vas a ir?, no seas cagón haceme el favor, si en esta sale, dale que en esta sale…

– Che qué onda, ¿que están mirando todos?

– Ese chabón duplicó nueve veces.

– ¿Y eso es mucho?, yo de esa maquinita no tengo idea, solo vengo a hacer unos tiros a la ruleta.

– Era mucho, más de un millón, pero ahora viene perdiendo.

– Y… ¿por qué no se baja?

– ¿Por qué no se baja?, y no se baja … no se baja porque hay algo primitivo que tenemos adentro, como una fuerza latente que nos empuja tratar de duplicar todo, todo el tiempo, las riquezas, los años que vamos a vivir, la fuerza, las cosas que sabemos. Es todo el tiempo duplicar, crecer, hacer más, ser más, tener más, es una pulsión incontrolable capaz de sacar lo mejor de nosotros mismos en las circunstancias más difíciles, pero que también puede traicionarnos y llevarnos a lo más bajo de nuestra propia existencia. Es la magia de estar vivo, de sentirse vivo y pleno para conseguir eso que tanto anhelas, es energía pura recorriendo todo tu cuerpo al tiempo en que volvés a probar y lo intentas de nuevo, una y otra vez sin descanso sabiendo que detenerse ahora no es una opción y que la fortuna sonríe a los que perseveran porque…

– Bueno dale, ya en serio, es más de un millón, ¿por qué no se baja?

– Y no sé por qué no se baja, porque es un pelotudo supongo, por eso no se baja.

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