sábado, 12 de diciembre de 2020

Frustraciones de un termodinámico

Trabajo desde casa. Pandemia, cuarentena, home office, etc.

Trabajo desde casa con las ventajas que eso puede ofrecer a veces, como trabajar mientras hacés un recorrido por la discografía de esa banda que tenías pendiente desde hace años. Arranco desordenado, La era de la boludez del 93, salir a asustar, Ortega y Gases, el arriero y… entró un pedido, la sucursal esta sin sistema por un corte de electricidad, 40 minutos configurando perfiles y puedo seguir, podría escuchar el podcast Rayos catódicos.

Trabajo desde casa con la ventaja de poder leer algo, entre tarea y tarea, algunas páginas, un capitulo así al pasar, a Jean Valjean no le están llegando los correos, puede ser un problema del servidor, hago el reclamo a la casa central en París pero parece que están en medio de una revolución allá, retomo el podcast, capitulo 3: dame un limón.

Trabajo desde casa y puedo ver, poner de fondo y que suene, el último capítulo del mandaloriano, doblada al español, qué fotografía me estoy perdiendo cuando llama el usuario, también trabajando desde casa, con problemas para ingresar a los aplicativos, con un nene que suena igual a Baby Yoda en el teléfono, música de fondo mientras resuelvo el caso, ¿en qué disco iba?, no hay tiempo que suene el podcast, no pausé la serie y los sonidos se confunden, “si, hace un rato estuve charlando con Cosette por un problema parecido”, mail de Ortega y Gases urgente: otro corte de electricidad en la sucursal de Tatooine, armo el reclamo a la compañía eléctrica Rayos catódicos con copia a Jean Valjean, retomo al usuario que me habla en idioma jawa, no entiendo nada de lo que dice, Javert golpea a la puerta de la sucursal en Tatooine, en la bar espera ser atendida la overlorda pero no hay sistema, me apresuro a completar los pendientes pero entiendo que “no es poesía ver la carne transpirar” que estoy hasta las manos, que “entre morcilla o Suiza estoy” y comienzo a bailar desenfrenadamente por toda la sala.

Trabajo desde casa y finalmente la jornada laboral termina, puedo relajarme, puedo hacer lo que quiera. Estoy hecho mierda, me voy a dormir.

PD: el relato se iba a llamar “las frustraciones de un cabeza de termo que cree que puede trabajar y hacer otras cosas a la vez” pero lo empecé a escribir cuando estaba trabajando y me cagué olvidando.

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