Los sujetos salen estables, mucho más conscientes de los problemas por los cuales empezaron el tratamiento. Ninguno de los seleccionados representa, en apariencia, un peligro para la sociedad al terminar, de todas maneras, les hacemos un seguimiento cercano durante seis meses. Después del tratamiento desarrollan su vida de manera normal, presentando inclusive nuevas aspiraciones o realizando actividades que antes no hacían. El plazo casi siempre es de seis meses, como si una necesidad dormida despertase después de ese lapso de tiempo.
Pregunta uno.
– No entendí, ¿era una pregunta?
– No quieren que contestes nada, no esperan de vos más de lo que saben que pueden sacarte, de esa manera te encierran.
– Disculpá, ¿me hablás a mí?
– Por supuesto, quien más vino para extrapolar fantasmas si no sos vos, que más podes hacer aquí que no sea algo planeado desde arriba, más grande que cualquiera de nosotros. Me doy cuenta de todo, todo todo lo que me pasó, lo que te pasó a vos también, fue planeado de antemano para poder encerrarnos aquí. Deberías irte ahora, antes de que los descubras.
– ¿Descubrir a quienes? Yo vine por el anuncio, esperaba que fueras vos con quien tenía que hablar por lo del tratamiento, pero no me parece que estés en muy bien, ¿cuál era tu nombre?
– Qué importancia tiene, si nada de lo que hacemos perdura más allá de estas cuatro paredes, es posible que logres los resultados que viniste a buscar, pero ellos ganan más, la casa nunca pierde.
Pregunta dos.
– Creo que te están hablando a vos, yo la verdad no entiendo bien que esperan que respondamos.
– La duda empieza a germinar, ¿es lo que te decía?, empezás a dudar de vos misma, de lo que te están diciendo, de lo que deberías responderles, ahí es cuando nos atrapan, cuando nos preguntamos por sobre lo que sabemos, cuando empezamos a cuestionarnos lo que pensábamos que estaba resuelto.
– De nuevo no entiendo de qué me estás hablando, ni tampoco qué es lo que esperan que nos cuestionemos. Te puedo decir todo lo que sé y por qué vine aquí si eso te tranquiliza, y responde a las preguntas que nos están haciendo, me parece que estar con esta gente te afectó, y eso me asusta un poco, yo no vine para estar peor.
– ¿Y por qué viniste entonces?, si te asusta el resultado de lo que estás buscando no deberías haber empezado a buscar en principio, y no me vengas con que no sabías lo que podías encontrar ahí, en el fondo todos tenemos miedo a hurgar más hondo porque sabemos que nada bueno podemos encontrar.
– No me asusta saber más sobre mi, me asusta terminar como vos, afectada de esa manera, tan paranoica, tan perturbada.
– Conversar conmigo, creo, es como un paso necesario, o yo soy solo una etapa, para vos, y ahora que lo pienso, yo también estoy pasando por una etapa.
Pregunta 3
– Tengo la sensación de que están hablando sobre la secundaria. Clarito escuché que preguntaban sobre el Nacional y las Popis. ¿La pregunta fue sobre eso verdad, hablaban sobre mi secundaria?
– Es imaginación tuya, estás escuchando lo que querés escuchar, lo que a ellos les conviene, para mí dijeron algo sobre el robo que sufrió mi papá hace algunos años.
– No, esperá, preguntaron sobre mi secundaria, como pueden saber sobre eso, quien les puede haber contado algo tan personal a ellos, ¡¿quién les habló sobre mi secundaria?, ¿Qué más saben?!
– Dudo mucho que te escuchen, y si lo están haciendo, no creo que te vayan a responderte. Saben lo que necesitan saber para hacerte volver a esos pensamientos, es parte del tratamiento, creo, te hacen recordar cosas que tenías metidas muy adentro, te las sacan así, de golpe y sin que te des cuenta, deberías dejar de hacerles preguntas inútiles y empezar pensar en ese recuerdo, sino nunca vas a poder salir de acá.
– Pero ¿sobre mi secundaria?, son cosas que no hablé nunca con nadie, nunca-con-nadie ¿me entendés?, cómo puede ser que sepan, no, que vergüenza, ¿quiénes son?, ¿cómo pueden saber sobre eso?
– Me pregunté lo mismo con mi papá, como podía ser que sepan las cosas que pasé con el viejo, lo que me dolió perderlo, lo difícil que fue después de él. Supongo que tenían que hacerme recordar eso, yo llevaba mucho tiempo sin pensar en él.
Pregunta 4
– ¿Ves?, ¿escuchaste lo que me preguntaron?, saben todo, no, que vergüenza, que humillación.
– Es verdad, ahora me doy cuenta, al principio duele entender que saben todo lo que pasamos, que pueden conocer esas cosas que teníamos tan enterradas, pero después…
– Después nada, como pueden saber sobre mi secundaria, sobre el grupo de las Popis y todos los años en que me persiguieron, en los que no podía salir al recreo o tenía que correr a la parada del colectivo, porque las hijas de mil puta estaban en todas partes, me perseguían, me insultaban, me empujaban, las odio las odio.
– Te entiendo, yo nunca me creí capaz de odiar a nadie como al que me robó a mi viejo, que iba a querer ver a alguien muerto de esa manera, que podía ser capaz de encontrarlo, de marcar su día a día y estar al acecho de esa persona, de un hijo de puta que se merecía lo peor, pero lo peor no de cualquiera, ni de la vida, yo lo tenía que hacer pagar.
– Ya me hubiera gustado poder vengarme de esas estúpidas, de todo el mal que me hicieron, de decirme india en el colegio, de burlarse de cómo me vestía, de cómo hablaba, de avergonzarme frente a Gonzalo y que para él seguro sea una negrita villera, de no dejar de atosigarme incluso después de verme llorando en el baño, de verme salir corriendo de la plaza por su culpa, de no querer ir a la escuela por semanas.
– Y que hubieras ganado con enfrentarlas, no es solución enfrentarse a alguien por odio, menos si sos vos y un montón de amigos que querían tanto a tu viejo que no tienen problema de patotear a un pibe. Le dimos duro, primero entre todos hasta dejarlo ahí, ensangrentado y sin poder moverse. Después los paré, les dije que el ultimo tenía que ser mío, lo quería muerto y quería ser yo el que lo mate, se llevó a mi viejo, él lo mato y ahora me iba a vengar por eso. Hasta hoy lamenté el día en que lo dejé ahí tirado, casi muerto, pero respirando, hasta hoy que vine aquí, que pude volver a pensar en eso.
Pregunta 5
– ¿Qué fue lo que dijeron?, yo lo escuche clarito, ¿preguntaron por la chivita verdad?, hijas de mil puta, ¿son ustedes verdad?, solamente ellas podían saber de ese apodo, ¿son ellas verdad?, vos que estabas desde antes, ¿quiénes son las que hacen las preguntas?, estoy segura de que son ellas.
– A esta altura ya no nos sirve saber quiénes son, no sé si entendés lo que están haciendo, poder volver de todo aquello me dejó la mente más fresca, los rencores parecen ser parte del pasado, pero no como antes, ahora estoy mucho más tranquilo.
– Y como podes estar tranquilo sabiendo que las preguntas las están haciendo los familiares del hombre que mató a tu papá, o las Popis, o el que sea que este del otro lado preguntando cosas y sabiendo sobre vos más de lo que saben toda tu familia y amigos. Ellas nunca dejaron de perseguirme, todos estos años y todas las cosas que no funcionaron en mi vida seguro son culpa de ellas. Y ahora están ahí, o se pusieron de acuerdo con los que están del otro lado, para seguir jodiéndome, para seguir cagándome la existencia.
– Si así lo ves, entonces no hay mucho que puedas hacer, olvidar no funcionó hasta ahora, esos sucesos están todavía muy presentes, mi viejo todavía está muy presente en mi vida y no había podido, hasta hoy, abrazar ese sentimiento. El ladrón también está presente, pero de otra manera ahora. No creo poder entenderlo, entender como es capaz de matar a una persona por unos pesos, pero creo que con el tiempo puedo llegar a perdonarlo, a perdonar a mi viejo por no entregar la billetera y resistirse, a perdonarme a mí por lo que le hice a ese pibe tiempo después. Creo que va a ser mejor de que me vaya.
– Y que vas a hacer con el hecho de que esta gente sabe tanto sobre vos, sobre mí, sobre anda a saber cuántas personas, el poder que tienen sobre nosotros, cómo seguramente arreglaron todo para que yo llegue a este lugar, cómo puede que hayan estado detrás de las cosas que no funcionaron en mi vida, incluso cuando estaba en la secundaria. Como vamos a poder vivir sabiendo todo esto de aquí en adelante. Voy a contarle al que venga a este lugar lo que está pasando, cómo nos controlan, no voy a permitirles que jueguen con nadie más.
– Si es eso lo que querés hacer te deseo la mejor de las suertes, yo voy a pedir que me abran y voy a volver a mi casa, salí hace como dos horas y seguramente están preocupados por mí. ¿Pagaste por adelantado verdad?, hasta recién me doy cuenta de que lo que cuesta, vale.
Los sujetos entran estables, seguramente no muy conscientes de los traumas que los tienen atados a la forma en que viven. Seleccionamos para el tratamiento a aquellos que no representan en apariencia un peligro para la sociedad, les hacemos un seguimiento de seis meses antes de invitarlos a un primer encuentro. Seleccionamos a los que, por motivos de pequeños éxitos, en lo profesional o sentimental, tienen seguridades sobre si mismos bastantes cimentadas, esto es requerido para que puedan soportar el tratamiento. El plazo para los reincidentes suele ser de seis meses también, como si una necesidad dormida se activase en ese tiempo y necesitasen pasar por el tratamiento nuevamente, para estabilizarse, para poder continuar con su vida de manera normal.
Pasemos ahora a hablar sobre los costos del tratamiento y los rendimientos a mediano y largo plazo que hemos tenido. En la gráfica de la pantalla podemos ver la afluencia de pacientes nuevos y reincidentes en los últimos seis meses y calcular…
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