Decirse bien es decirse que si hoy no estudie, porque me invadió la melancolía-cansancio-tristeza que nos invade a todos a veces, mañana estudiaré el doble. Decirse bien es decirse que hoy solo te extrañé todo el día y no me importa que tus últimas palabras fueran "no te quiero", porque mañana te extrañaré la mitad, y pasado la mitad de la mitad y así durante toda la semana, "no te quiero", "no te qui...", "no te...", "no". Decirse bien es decirse que no perdí la mitad de mi vida sin rumbo, que solo estaba preparando mi espíritu para lo que vendría, lo mejor está por venir. Decirse bien es decirse que no importa si apenas duermo 5 horas, si aun así el tiempo no me alcanza para cumplir con todos y para hacer todo lo que quiero en un día-semana-mes, porque desde mañana empezare a dormir 4 horas y el tiempo, aun sin alcanzarme, dejará de ser un problema, porque ya no tendré tiempo de pensar en el tiempo. Decirse bien es decirse que finalmente tengo todo en orden, la casa, la carrera, el trabajo, la familia, la gata, la mente, si la mente. Decirse bien es decirse que finalmente tengo la mente en orden, decirse, decirlo, escribirlo en un blog, cantarlo, contarlo y que te crean, decirse bien y que te crean, como siempre y desde siempre, la procesión va por dentro.
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