viernes, 6 de abril de 2012

Déjà vu

Me paso hoy, como me pasa a veces en esos días en que te pasan cosas, experimentar esa sensación conocida de haber vivido este momento antes. Un déjà vu sin más. Es una vivencia extraña, como ver de nuevo una peli que hace mucho que no veías, conoces las escenas pero no en detalle, sabes que esto que estás haciendo es lo que el guion indicaba pero no estás seguro de cuál será la siguiente toma, hacia donde apuntara la cámara al terminar el acto. Mover esto de lugar, caminar hacia aquel otro, encontrar justo lo que no buscabas y pensar “esto me pasó antes, yo a esto ya lo viví”. No sé qué tanto de cierto hay en los déjà vu, como muchas otras, creo que son solo una sensación, un juego que el inconsciente le hace a nuestra precepción de la realidad, para mantenernos humildes, sin creer que estamos en control de todo cuanto nos rodea (y no es que tenga esa certeza, solo juego con las palabras). Y qué pasa si de verdad creemos que esta sensación, que este acontecimiento familiar, en apariencia ya vivido, es un presagio, es una clara repetición de un evento que de alguna forma modificará tus días venideros, ¿está mal sacar ventaja de esto? Juego con los déjà vu, juego a que son verdaderos recuerdos de vivencias, de un tiempo anterior, cíclico, y trato de recordar que sigue, cual es la próxima escena, que pasaba a continuación en la película que es la vida, juego a recordar o a tratar de recordar cómo sigue la historia. Y me pregunto ¿será este el día en que mis sueños se cumplan?, será el día en que conozca a la mujer de mi vida, en que escriba el cuento más bello, en que una idea brillante me permita alcanzar esa estabilidad económica tan importante, en que mis deseos para con todos los que quiero se cumplan. Juego a tratar de recordar que sigue a continuación para estar preparado, para que esa mágica revelación que me espera a continuación, en la siguiente escena de la película que es la vida, no me tome por sorpresa, no me encuentre colgado en mis mundos y pase de largo, como el tren que pasa y ya no vuelve. Magnifico la importancia de esta sensación casi sin importancia, y endulzo las palabras al contarlo porque es lo que me gusta hacer, y juego con los déjà vu porque es divertido hacerlo, a veces cuando pasa, en esos días en que pasan cosas.

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