jueves, 16 de mayo de 2019

…dos días a la semana

La inevitable certeza de la incualificabilidad, cinco días a la semana, la no pertenencia a cuánto espacio que al hacerse próximo se convierte en ajeno, tangente a la curva descendente con final predicho, las letras, la música, el teatro, el cine, las distopías de la mente, de cuerpo presente en ausencia de significado, los lugares y el mismo tiempo curvo, en picada, acaban por dejarte solo, aislado de amor, de lujuria, de deseo, de contacto incomprensible y pasional.

Y la confiable capacidad de adaptabilidad, de poder surcar aguas turbias apenas salpicado por groseras gotas de conciencia, de realidad manifiesta, que te ubican en el espacio y tiempo justo en el que estás, sobrepasado por estímulos incomprensibles para una mente adormecida de alucinógenos colores, movimientos en cámara lenta, flash incandescente, música, una voz, un golpe, el sabor del suelo mojado del boliche, el frio liquido en la cara, flash de conciencia y el entendimiento de una situación cíclica, dos días a la semana.

La inevitable certeza de…

2 comentarios:

  1. Remembranzas de épocas pasadas. Me gusta mucho tu estilo. Saludos.

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    1. Pretende ser la rutina diaria y la joda de fin de semana, contadas desde la existencialidad, desearía que fuera de tiempos mas pasados jeje

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