Señora mamá o papá, tutora o tutor de Carlitos, le escribo esta nota para comunicarle la lamentable noticia de que su hijo, junto con otros compañeritos del grado y algunos nenes de los otros terceros, formaron una banda dentro de la escuela que se hace llamar “los mocoacosadores”. Lo que están haciendo los integrantes de esta banda es, durante el recreo, cuando las otras señoritas o yo no los vemos, hundir sus dedos índices en ambos orificios nasales hasta colmarlos de mocos y salir a perseguir a nenas y nenes más chiquitos o a las compañeritas y compañeritos del curso, con la intensión de embarrarles el delantal, el pelo o la cara con mocos. En la mayoría de los casos no lo hacen, por miedo a ser retados por la señorita, pero sí disfrutan de acosar a sus víctimas apuntándolas con los dedos llenos de mocos y amenazándolas diciendo las cosas que les van a hacer. Lo que le pedimos, por un lado, es que corte las uñas de los dedos de su hijo hasta quedar al ras, en especial la de los índices, y, por otro lado, que enseñe a su hijo a respetar a todas y cada una de las compañeras y compañeros en el recreo. No queremos que esto llegue a mayores, como está sucediendo con la banda de alumnos de séptimo grado que se hace llamar “los serasátiros”. Sin más que informarle me despido. Atentamente la señorita Andrea.
martes, 9 de julio de 2019
Un día cualquiera en lo profundo del espacio
Bitácora del capitán Leonel Massup, entrada número 192018, con 1365 días de viaje cumplido decidí dar la vuelta y emprender nuevamente el rumbo a casa. Esta decisión, en apariencia arbitraria, fue tomada después de deliberar con los tenientes y subtenientes a cargo de cada una de las divisiones de la nave y votada en forma unánime. Todos estuvimos de acuerdo en emprender el regreso a raíz de nuestro encuentro con la entidad, semanas atrás, en la desértica luna Poo del Quinto planeta de la galaxia. Al regresar los exploradores de la luna trajeron consigo lo que fue dado en nombrar como el Emisario. Este emisario nos explicó que la entidad es un ser único, capaz de habitar cualquier forma de vida consciente y de establecer un vínculo con cada uno de los seres que asimila, convirtiéndolos en parte de sí mismo, convirtiendo el nosotros en un solo ser. Ahora que tengo el control integro de esta nave, voy a dirigirla a su planeta de origen para asimilar más seres como este, para ampliar mi presencia en el universo, hasta ser la única entidad que lo controle todo.
jueves, 16 de mayo de 2019
…dos días a la semana
La inevitable certeza de la incualificabilidad, cinco días a la semana, la no pertenencia a cuánto espacio que al hacerse próximo se convierte en ajeno, tangente a la curva descendente con final predicho, las letras, la música, el teatro, el cine, las distopías de la mente, de cuerpo presente en ausencia de significado, los lugares y el mismo tiempo curvo, en picada, acaban por dejarte solo, aislado de amor, de lujuria, de deseo, de contacto incomprensible y pasional.
Y la confiable capacidad de adaptabilidad, de poder surcar aguas turbias apenas salpicado por groseras gotas de conciencia, de realidad manifiesta, que te ubican en el espacio y tiempo justo en el que estás, sobrepasado por estímulos incomprensibles para una mente adormecida de alucinógenos colores, movimientos en cámara lenta, flash incandescente, música, una voz, un golpe, el sabor del suelo mojado del boliche, el frio liquido en la cara, flash de conciencia y el entendimiento de una situación cíclica, dos días a la semana.
La inevitable certeza de…
Todo el mundo recuerda lo que amó en secundaria
Todo el mundo recuerda lo que amó en secundaria, de lo que estaba enamorado, del dónde, del cuándo y del cómo.
De la pibita esa, esa pibita de cuando yo era un pibe, queda poco en esta foto de Facebook. Loca porque dejaste que el grillete del mandato opaque esos sueños de… estoy seguro de que la pibita tenía sueños, tenía anhelos, era quien de verdad se iba a llevar el mundo por delante. Estoy seguro de que nos pasamos horas hablando de viajar, de estudiar en la universidad, de amar sin medir las consecuencias.
Lo encontré al profe el otro día, no en la calle, no en la escuela, ni siquiera lo vi esperando el colectivo, lo encontré en Twitter. Miralo vos al viejo, animándose a más, conociendo nuevos espacios, integrándose en el mundo globalizado. Lo encontré al profe cruzando opiniones con otros dinosaurios sobre que la juventud está herrada, que en sus tiempos era mejor, que debería volver la colimba, que el que roba en cana, que no fueron treinta mil. ¿Qué te hicieron viejo?, si yo me hice profesor por vos, si vos siempre quisiste que seamos algo más, la mejor versión de lo que podemos ser.
Hoy vi el estado de uno de mis compañeros. Se había reunido con el grupo a tomar un porrón y recordar viejos tiempos. Seguramente se les pasó invitarme, no importa. Estaban muy divertidos los del grupo, impunes, parecía que hablaban de lo gorda que estaba Vanesa, de lo pelotudo que era Hernández, de cuánto tiempo le desearon lo peor a Romina, a la que murió. ¿Esas no eran las charlas en mi tiempo? Me imaginé estos encuentros incluso entonces, carrera profesional, familia, proyectos artísticos ¿Por qué no estaban hablando de todo eso?
Todo el mundo recuerda que amó en secundaria, que estaba enamorado, no del donde, no del cuándo ni del cómo.
lunes, 6 de mayo de 2019
Sobre la polémica por el uso de la letra x o la letra e como forma de hacer inclusivo el lenguaje español y una posible solución
Tarde, como siempre que decido aportar al respecto de una polémica vigente en el espacio social virtual y en el espacio social físico que me rodea o envuelve, tarde como siempre, decido opinar ahora sobre el uso de la letra x o la letra e, en reemplazo de la letra correspondiente al género de cada palabra, la letra a o la letra o, como alguna vez aprendimos en la clase de lengua cuando cursábamos la escuela primaria. Que ese uso es una manera de hacer al lenguaje más inclusivo, de la mano de muchas otras políticas y formas de acción que se aplican en la actualidad para lograr esa necesaria inclusión que, no por nada, es tan requerida en este momento y lugar en el mundo, no, no es de lo que quiero hablarles. Que es la escritura una forma de comunicación pautada y normada, y que no puede cargarse de un mensaje político a la forma en que se escribe, como si puede cargarse a las pretensiones comunicativas de los textos en cuestión, no, tampoco es el motivo de este ensayo. De políticas inclusivas o de normas de la RAE, citando a sus filósofos, analistas y creadores, analizado sus propuestas, cuestionando a sus impulsores y detractores, no, de eso no se nada. De lo que puedo y quiero hablarles es de la grieta invisible que existe entre los que usan la letra x a la hora de escribir palabras con género de forma inclusiva y los que, al hablar, teniendo que utilizar esa x para decir estás palabras, pronuncian las mismas como una letra e, es decir, la grieta entre la letra x y la letra e inclusivas.
Creo que toda revolución en el lenguaje, o toda evolución en la conciencia sobre el otro, requiere de la unión de todas las huestes que estén en oposición al yugo opresor que enfrentan, requiere de la comunión entre los opuestos más dispares, de la fusión del yin con el yang, que quiero decir con esto, que no pueden existir diferencias entre el uso de una u otra letra, si lo que se quiere es impulsar una nueva forma de comunicarnos que salve las desigualdades a las que estamos expuestos día a día y de las que hoy somos más conscientes. Es decir, no puede haber diferencias entre el team x y el team e.
Haciendo un análisis exhaustivo del abecedario, desde la A hasta la Z, inclusive tomando en cuenta conjunciones que antaño eran enseñadas en las escuelas primarias como ser la ch (ce - hache o che), y considerando, como hasta ahora no se hizo, las letras definitorias del género de las palabras, la letra a para el femenino y la letra o para el masculino, llegué a la conclusión de que la mejor opción para reemplazar estas formas de escritura es tomar la letra intermedia entre ambas vocales en el abecedario. En la siguiente línea están estas letras y con mayúsculas su letra Intermedia:
a b c ch d e f g H i j k l m n ñ o.
La letra Intermedia es la H, la H muda. Antes de tomar este hallazgo como la solución definitiva al problema tenemos que considerar que si reemplazamos por h las vocales de las palabras con género, entonces estas bocales serían reemplazadas por una letra que en general no se lee cuando leemos mentalmente esas mismas palabras, palabras que van a tener un sonido ausente a la hora de pronunciarlas en voz alta, como perdido. A modo de juego invito al lector a tratar de reemplazar por h la letra que define el género de las palabras en la siguiente frase y leerlo en voz alta:
Amighs, compañerhs, todhs...
Podrán notar la ausencia y confusión que implica este cambio.
Luego pensé en tomar solo a las vocales, que son las letras cuestionadas en definitiva, y dejar de lado las otras letras del abecedario. Si seguimos con las vocales la misma regla, vemos que entre la a y la o tenemos el número de letras par e-i, si utilizamos la e estamos dando ponderación a la letra que define el género femenino, la letra a, y si utilizamos la i estamos dando ponderación a la letra que define el género masculino, la letra o. Pero existe una solución, existe la posibilidad de utilizar la conjunción de ambas letras, ei, para reemplazar las letras que definen el género en las palabras. A modo de juego invito al lector a reemplazar por la conjunción ei la letra que define el género de las palabras de la siguiente frase y leerlas en voz alta:
Amigeis, compañereis, todeis, por qué motivo pierden el tiempo…
Suena poco natural, suena algo extraño, suena como palabras en español pronunciadas por un inglés que poco entiende la fuerza que tienen esas palabras que nos reúnen, que nos convocan.
Pensando durante largas noches el problema, dándole vueltas y vueltas a la cuestión, entendí que la solución era justamente así de circular y que el final era un nuevo comienzo. Imaginé a las vocales, impresas en orden, una a la par de la otra en una cinta de moebius, que leídas de corrido quedaban como:
a e i o U a e i o U a e i…
Y así hasta el infinito. Fue entonces que divisé la solución. Le letra que terminaría con la grieta era la letra que estaba justamente en medio de la a femenina y la o masculina, la letra que anunciaba un error grave a la vez que denunciaba un problema en forma de queja, la letra que expresa ese enojo rabioso que significa el descontento con lo establecido, la lucha por el cambio profundo y duradero, la letra olvidada, la última vocal del abecedario, la letra perdida, la letra u. A modo de juego invito al lector a cambiar la letra u por la letra que define el género en la siguiente frase:
amigus,compañerus, todus, por qué motivo pierden el tiempo, leyendo o escuchando, las estupideces que tiene para decir estu BOLUDU / CONCHUDU.